Hoy la situación de la trata de personas es un problema no solo en Paraguay, sino que en toda la región.
Al respecto, el comisario advirtió en Telefuturo, en el programa Políticamente Yncorrecto, que ante la problemática de la desaparición y tráfico de niños o de personas, muchas veces se mira para el costado y “livianamente en algunos países se dice esperemos 24 o 48 horas. Señores... las primeras horas son cruciales”, lanzó.
Señaló que de esta forma “estamos facilitando la cosa a organizaciones criminales”.
En Paraguay, actualmente existen tres niños desaparecidos, que son la pequeña Juliette, la niña francesa, el caso de Héctor Fabián López Chaparro, que se perdió en octubre del 2018, y el de Lucas Moisés, que desapareció con su madre, Clara Martínez.
Hay también diariamente reportes de niños y adolescentes desaparecidos, pero está confirmado que son encontrados o regresan.
El comisario Felipe Figueredo, jefe del Departamento en Búsqueda y Localización de Paraguay, confirmó que estas desapariciones esporádicas muchas veces ocultan otro problema de fondo que es la violencia intrafamiliar.
Por su parte, la ex ministra de la Niñez, Teresa Martínez, habló de la trata de personas, donde muchas personas son llevadas a la fuerza o bajo engaño a fin de explotarlas.
“Las principales víctimas de la trata son mujeres y niños, y está algo lamentablemente muy aceptado socialmente: El criadazgo”, refirió Martínez.
HISTORIAS. Las víctimas son llevadas del interior a la ciudad bajo engaños de una vida mejor o que van a estudiar. “Eso sigue siendo práctica común y tuvimos horribles experiencias de niñas que murieron en ese proceso”, lamentó.
Contó también experiencias traumáticas de paraguayas que fueron llevadas al exterior, sin saber que se iban a casar.
“Eran dos hermanas que hablaban guaraní, ni siquiera hablaban español, no conocían Asunción y terminaron en Corea. Fueron vendidas para esposas, donde es permitido agencias matrimoniales”, dijo.
A estas hermanas se les dijo que iban a trabajar como empleadas domésticas y solo tres meses. “El propósito era terminar la casa del papá y le dijeron que iban a ganar USD 3.000 en ese lapso”, recordó.
Finalmente, las víctimas, en ese entonces de 18 y 19, se casaron con sus verdugos, sin saber que lo estaban haciendo, ya que los papeles que firmaron ellas pensaban que eran para poder trabajar.
Ambas fueron sometidas sexualmente, golpeadas, y quedaron embarazadas. Recién después de un tiempo pudieron ser rescatadas.
Martínez dijo que la trata de personas es un crimen que sigue existiendo.