El presente escándalo se suma así a la muy criticada gestión del gobierno municipal de la capital del país, y se convierte en un argumento más que abona las razones del desencanto ciudadano.
La gestión de Mario Ferreiro, con muchos cuestionamientos por parte de los asuncenos, se vio afectada finalmente por la denuncia hecha por un ex aliado político, Camilo Soares, quien acusa de la existencia de un supuesto esquema de recaudación paralela dentro de la Municipalidad de Asunción. El ahora ex intendente y Soares formaban parte del mismo equipo político, hasta que la relación se resquebrajó por completo.
La fiscala Stella Mary Cano ya formuló imputación contra seis personas por tráfico de influencias, lesión de confianza y coacción, en el marco de las investigaciones de un supuesto sistema de recaudaciones paralelas. Los investigados son Carlos Marcelo Mancuello Ríos, jefe de Gabinete; Víctor Ramón Ocampos Fernández, asistente, por la supuesta comisión de hecho punible de lesión de confianza y tráfico de influencias; y Aureliano Servín Maldonado, jefe del Departamento de Recursos Humanos, por tráfico de influencias, coacción y coacción grave.
Asimismo, María Rocío Casco Arce, ex diputada y miembro del movimiento Avanza País, está imputada por tráfico de influencias, coacción y coacción grave; mientras que dos sobrinos del intendente, Alberto Mauricio Ferreiro Paz y Fernando Arturo Ferreiro Ayala, están procesados por tráfico de influencias.
Recibí las noticias en tu celular, unite al canal de ÚH en WhatsAppMuy difícil es en estos tiempos separar las denuncias por supuestos hechos de corrupción del fanatismo partidario.
Lo cierto es que, faltando menos de un año para las elecciones municipales de noviembre 2020, esta situación, sumada a la actual intervención de la Municipalidad de Lambaré, significará un tremendo empuje para el Partido Colorado y sus ansias de recuperar el control de la administración de la capital del país.
La corrupción es un cáncer que corroe las bases de nuestras instituciones, y fundamentalmente, en países como el nuestro, con tantas carencias y atrasos, significa que los ciudadanos seguirán aguardando a recibir de parte del Estado mejores servicios. Es muy difícil deshacer lo que tienen ya incorporado en sus sistemas vitales, pero los políticos paraguayos deben recordar que son electos para brindar mejores condiciones de vida a sus electores, y que estos son sus mandantes, es decir, son quienes mandan.
Los políticos paraguayos de todos los colores y tendencias ideológicas deben reinventarse y recordar que hacer política es estar al servicio de los ciudadanos y que un cargo público es el espacio para servir y no para servirse de él.
Además de todo, se deben redoblar los esfuerzos para controlar las instituciones, necesitamos mayor participación ciudadana y castigos para quienes cometen irregularidades.