Un escopetazo por la espalda terminó con la vida del entonces dirigente de la Juventud Liberal, Rodrigo Quintana, durante la irrupción violenta de la Policía Nacional a la sede Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) en la madrugada del 1 de abril del 2017. El suboficial Gustavo Florentín fue el único condenado a 24 años de cárcel por la muerte.
“No se le puede condenar a una persona sin saber cuál fue el arma homicida”, cuestionó el abogado Ricardo Estigarribia, quien detalló que la pericia determinó que las balas no correspondían a ninguna de las dos escopetas peritadas, una de ellas que no fue ofrecida a las partes como prueba.
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🗣 "No se le puede condenar a una persona sin saber cuál fue el arma homicida"
— Monumental AM 1080 (@AM_1080) April 11, 2025
🔸 Abogado de Gustavo Florentín critica sentencia de Tribunal
👉 "Tribunal no delimitó cuál de las escopetas usó, qué vainilla servida fue"#ComunidadMonumental pic.twitter.com/KJBgKnlTWA
“Qué garantías puede tener hoy un uniformado, llámese Policía Nacional o agente militar, que al momento de desplegar su trabajo va a recibir una condena de 24 años, sin importar las circunstancias bien explicitadas por el Tribunal de Sentencia”, manifestó minutos después de conocerse la decisión de los jueces. “No se determinó siquiera cual escopeta utilizó Gustavo Florentín, si era una M10 O M12, tampoco cual vainilla le causó la muerte a Rodrigo Quintana”, agregó.

Entre tanto, recalcó que el Tribunal de Sentencia también admitió que no identificaron a ninguna persona, sino que más bien la condena es por la silueta. “El propio tribunal mencionó que por el color rojizo que venía de la calle no pudieron ver el rostro”.
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Además, dijo que el estudio de planimetría tiene una diferencia abismal de 5 metros. “En un país serio no se puede condenar a una persona sin saber cuál es el arma homicida”, aseveró.
“Hay dos escopetas, al principio había una y una de ellas ni siquiera fue ofrecida como prueba y traída a la defensa. La pericia balística arroja que ninguna de las vainillas servidas correspondía a las escopetas, ni siquiera a las dos. Por supuesto que Arnaldo Andrés Báez también disparó”, recalcó.
Asimismo, recordó uno de los testigos que estuvo de cerca y auxilió a Rodrigo Quintana, dijo que vio humo de la escopeta del suboficial Arnaldo Andrés Báez, quien aparece con un casco blanco.
“Con todos estos elementos y dudas, cómo arriba el Tribunal a la conclusión de que fue Gustavo Florentín el que realiza el disparo mortal”, manifestó.
Asimismo, cuestionó que se haya desvinculado prácticamente a Báez del caso, siendo que él, con su propio testimonio, dijo que “estaba enojado al ver a sus camaradas cayendo, que disparó contra la sede del PLRA y que el mismo dio culatazos”, según palabras del abogado.
De igual manera, dijo que el tribunal de sentencia se refiere a un único destello, por lo que cuestiona que en total se peritaron siete disparos y que no hubo uno solo. “¿De dónde nace entonces la condena de Jorge Ramírez Bogarín que le hizo perder un ojo a una mujer. No se analizó la totalidad del contexto de lo que ocurrió”, afirmó.
La muerte del joven liberal se dio en la madrugada del 1 de abril del 2017, luego de la quema de una parte del Congreso como respuesta a un intento de reelección presidencial por parte del sector de los ex mandatarios Horacio Cartes y Fernando Lugo.