La policía de Irán se propone “identificar a las personas que violen las normas, mediante dispositivos y cámaras inteligentes colocados en lugares públicos y carreteras”, precisó la institución en un comunicado.
Las autoridades podrán así enviar “la prueba y mensajes de advertencia a los transgresores de la ley del hiyab”, o velo islámico, “informándoles de las consecuencias legales de reincidencia en ese crimen”, agregó.
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Un número creciente de iraníes desafía el uso obligatorio del velo desde el inicio de la ola de protestas desencadenada por la muerte en setiembre de una joven kurdo-iraní, Mahsa Amini, de 22 años, tras ser detenida por el presunto desacato de esa norma.
El velo fue impuesto poco después del triunfo de la Revolución Islámica de 1979.
Según una ley en vigor desde 1983, las mujeres, iraníes y extranjeras y sea cual sea su religión, deben salir a la calle con la cabeza cubierta por un velo y el cuerpo cubierto por vestimenta amplia y que cubra sus formas.
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El empleo del velo se volvió obligatorio en Irán en 1983, cuatro años después de que la Revolución islámica de 1979 derrocara a la monarquía del sha, apoyada por Estados Unidos.
La policía de la moral, conocida como Gasht-e Ershad (patrullas de orientación), fue creada bajo el mandato del ultraconservador presidente Mahmud Ahmadineyad (de 2005 a 2013) para “difundir la cultura de la decencia y el hiyab”.
Actualmente, el tema del velo sigue siendo muy delicado en un país en el que los conservadores —que dominan el Parlamento y el poder judicial— insisten en que debe ser obligatorio.