Los fieles católicos que son devotos de la Virgencita Azul de Caacupé ya empiezan a copar la Villa Serrana. En las últimas semanas, mientras se diseña la festividad mariana en modo Covid, centenares de personas –que no son de la ciudad– van a la Basílica “sin agenda previa” para presenciar la misa dominical. Ayer, a solo un mes y diez días para el inicio del novenario a la santa patrona, medio millar de devotos colmaron tanto debajo del toldo –a las puertas del santuario– como a lo largo de la explanada. Marina Rodríguez, encargada de Comunicación de la Basílica, contó que las personas llegan “de todas partes”; especialmente, de las ciudades de Central: Fernando de la Mora, San Antonio, Luque, Mariano Roque Alonso, entre otras.
Para evitar aglomeración, y como parte de la estrategia configurada en el Obispado, en las baldosas de la amplia plaza frente al templo se pintaron puntos blancos que indican el lugar donde cada fiel debe ubicarse para mantener la distancia física recomendada de dos metros.
Pero como anticipo de lo que podría ser la tónica durante la fiesta del pueblo católico paraguayo, la gente se aglomeraba ayer bajo las sombras, sin respetar las señales.
Y no solo escuchan misa, sino que también toman la comunión: Dos ministros extraordinarios de la eucaristía bajan, acompañados de los servicios, quienes acomodan a los fieles en fila, los desinfectan antes de acercarse para recibir la comunión. “La gente no ayuda, por más de que haya lugares marcados o que se les dice que el ministro va a llegar junto a cada uno, la gente igual se aglomera”, apuntó.
Anunció que si no se respetan las indicaciones, “tendremos que ser un poco más exigentes o intransigentes, pero es difícil”, señaló.
AGENDAMIENTO
Cada miércoles, una representante del Ministerio de Salud Pública (MSP) se reúne con el obispo de Caacupé, Ricardo Valenzuela, y varios actores claves que intervienen en la fiesta mariana. “Como todo, va a ser diferente. Tenemos que adaptar nuestras festividades a este modo seguro de vivir. Hay cosas que van a ser muy cuestionadas porque inexorablemente va a implicar limitaciones en cuanto al número de celebraciones, en el número de personas”, afirmó la Dra. Adriana Amarilla, directora de Promoción de la Salud del MSP.
Apelarán –dijo– a una de las herramientas que más han funcionado: “Incentivaremos el lavado de las manos, el uso del tapabocas en los servicios y el agendamiento”, lanzó al adelantar que para ir hasta la Villa Serrana, cada devoto deberá agendarse en su diócesis.
“Las personas que son muy creyentes saben perfectamente cuál es su diócesis”, apuntó Amarilla.
Como estrategia para evitar las aglomeraciones masivas, el obispo se comprometió a que cuando acabe la fiesta, “la Virgen Peregrina recorrerá prácticamente todas las parroquias del país”, indicó.
Se barajan alternativas ventajosas y convenientes para evitar la aglomeración y el contagio del mal. Ricardo Valenzuela, obispo de Caacupé.
El agendamiento es muy importante para poder regular el número de personas (...) Va a ser muy difícil, un desafío grande. Dra. Adriana Amarilla, de Promoción de la Salud.