El proyecto, con una inversión que supera los G. 1.180 millones, tiene como objetivo principal reducir los accidentes en zonas escolares y hospitalarias, especialmente en áreas históricamente problemáticas. Los trabajos se iniciaron durante la primera semana de enero.
La propuesta cuenta con un diseño técnico que incluye hormigón de alta resistencia, señalización adecuada y accesibilidad para personas con discapacidad, consolidando su enfoque inclusivo. Sin embargo, el impacto inmediato de las obras ha suscitado más quejas que aplausos.
Los trabajos, a cargo de la División de Vialidad de la Municipalidad, contemplan un proceso riguroso de construcción, desde la cimentación hasta el curado del hormigón, que puede tardar más de tres semanas. Pero lo que para las autoridades es una señal de calidad y durabilidad, para los ciudadanos se ha convertido en un sinónimo de lentitud.
“Entendemos la necesidad de mejorar la seguridad, pero la ejecución de estas obras está afectando a todos. ¿Cuánto tiempo más vamos a tener que soportar estos desvíos?”, reclamó Sandra Álvarez, residente del área afectada.
El cierre temporal de avenidas como Bernardino Caballero, Choferes del Chaco y San José ha complicado la movilidad en la ciudad. Durante las horas pico, los desvíos han provocado largas filas de vehículos y retrasos, afectando especialmente a quienes dependen del transporte público para llegar a sus destinos. WF