El Hospital de Trauma nuevamente se encuentra sobrecargado de pacientes. Ante esta situación, los quirófanos deben ser utilizados como salas de terapia por la cantidad de accidentes de tránsito causados por personas que conducen bajo los efectos del alcohol. Es por eso que la campaña No manejes ka’úre, emprendida por las autoridades de dicho nosocomio, es más necesaria que nunca.
Este llamado a la población a que se abstenga de conducir en estado de ebriedad no es, lamentablemente, una novedad, ya que los accidentes causados por personas en estado etílico son una constante en nuestro país, y, particularmente, en el tiempo de fin de año y en la temporada veraniega.
Es entendible que las personas sientan las ansias de celebrar y reunirse con sus seres queridos después de los terribles años de pandemia que vivió el mundo entero; se espera por eso que haya celebraciones, reuniones y muchos desplazamientos. Sin embargo, considerando la situación de nuestro principal Hospital de Trauma, es más necesario que nunca pedir moderación. Como sabemos, los accidentes dejan no solamente víctimas directas, sino, además, causan daños a terceras personas y a las familias.
En cuanto al sistema de salud, es necesario remarcar que para la salud pública los accidentes desde hace ya mucho tiempo son considerados una epidemia. Es por esto que el director del Hospital de Trauma, Dr. Agustín Saldívar, había apelado a la conciencia de la ciudadanía, ya que este centro asistencial llegó a su tope máximo; ya no le quedan camas disponibles. Solo en la última semana fueron atendidos 1.915 pacientes.
De acuerdo con los últimos datos de asistencia en el Hospital de Trauma, de los más de 1.900 atendidos en la semana, 1.108 llegaron a urgencias, 222 fueron víctimas de siniestros viales, 161 de un accidente de tránsito en motocicleta, 94 de agresiones, tres fallecidos y siete menores de 12 años que fueron transportados en biciclos. Todo en la última semana. Esta cantidad de pacientes accidentados obligó a que en el Hospital de Trauma los quirófanos funcionen en modo terapia.
‘‘Estamos con una sobrecarga de atención a las víctimas, el espacio ya está saturado. Creemos que más que nunca es importante el lema No manejes ka’úre”, expresó el doctor Saldívar y señaló que cuando uno agarra el volante bajo los efectos de drogas, estupefacientes o del alcohol, está jugando con fuego y la situación es altamente peligrosa.
El consumo desmedido de bebidas alcohólicas es una característica de los desbordes que se viven en tiempos de Navidad y Año Nuevo, pero se debe tener en cuenta siempre que la ingesta de alcohol modifica el comportamiento de las personas y las vuelve imprudentes. Es sabido que conducir en estado de ebriedad es una de las transgresiones más graves y peligrosas, pero de todas maneras las calles siguen siendo el escenario de accidentes graves ocasionados por imprudentes que no respetaron las prohibiciones.
Es por eso que se hace necesario que toda la comunidad colabore, realizando un trabajo de concienciación. En cada familia y en cada grupo de amigos las personas deben cuidarse unas a otras y controlar que nadie ponga en riesgo su propia vida ni la de los demás. Esta sería la mejor manera de iniciar un año nuevo.
Las autoridades también tienen una gran responsabilidad. Es necesario que estas tomen todas las medidas necesarias para evitar que las fiestas terminen con desgraciados accidentes. Según el informe de la Patrulla Caminera, 310 conductores de vehículos dieron positivo a la prueba de alcotest el fin de semana de la Navidad. Esto nos muestra la necesidad de mayor conciencia y compromiso y también de la importancia de los controles.