Luego de que la Cámara de Diputados haya aprobado un proyecto de declaración que repudia los “reiterados exabruptos” de la senadora Celeste Amarilla, proferidos en contra de sus propios colegas senadores, la liberal volvió a referirse este jueves con calificativos de tinte negativo principalmente contra el cartista Basilio Bachi Núñez.
La parlamentaria sostuvo que “no soporta” a su par y dijo que "él representa todo lo que desprecia en una persona”, tachándolo de “bruto, corrupto, impune, soberbio, prepotente, ignorante, ladrón y gordo”.
“Bachi representa todo lo que desprecio en una persona, está todo junto en esa humanidad. Desprecio a Bachi Núñez, pero no es mi piedra en el zapato, para nada, pero sí me saca de las casillas, ahí me gana, porque no le soporto. Su sola presencia me irrita. Entonces, cuando me grita coimera, atendé quién me grita”, expresó.
Y añadió: “Es un colorado bruto, un seccionalero bruto, es corrupto, es impune, es soberbio, prepotente, ignorante, es ladrón, es gordo, a los gordos les odio, no les discrimino, pero no me gustan los gordos”.
Luego de que el cartista la haya calificado de “coimera”, descartó haber recibido una coima “en su vida”, mientras que aseguró que Bachi incluso ya le ofreció beneficios a cambio de que deje de atacarlo. Afirmó que otro de los que intentaron chantajearla en su momento fue el cuestionado legislador Hernán Rivas.
“Yo no recibí una coima en mi vida, (Núñez) él ya me ofreció, ‘qué querés para callarte’ (le dijo). Hernán Rivas, me hizo ofrecer para que me calle, qué me voy a callar si lo que disfruto es molestándole, yo no tengo precio. (...) Bachi me ofreció hace años en la Cámara, le dije ‘no hay nada que vos me puedas ofrecer, nada’. Rivas fue hace poco cuando tanto le ataqué por su lectura, me mandó por un ex diputado”, denunció.
La parlamentaria alegó que no es clasista y que no discrimina a nadie, pero reconoció que a veces acostumbra hacer comentarios “para molestar a los enemigos resentidos”, al tiempo de argumentar que todo se debe a su “carácter”, que lo heredó de su madre.
“A los únicos que les quiero discriminar es a los burros. Son los únicos que me sacan de quicio realmente. Nací sin el gen discriminatorio, no tengo ningún sentimiento de este tipo hacia nadie. Reconozco que hice comentarios de este tipo porque sentí que había mucho resentimiento a mi alrededor y nada más fue por eso”, argumentó.
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Si bien afirmó que muchas veces se arrepiente por sus dichos, dijo que de lo que no se arrepiente es de “defenderse de los ataques”, así como cuestionar a sus colegas que hablan sobre “moral, decencia y honestidad”, cuando considera que no les corresponde.
Amarilla manifestó que sus familiares incluso ya temen, por lo que le piden que “baje un cambio”, pero afirmó que ella no tiene miedo, ni siquiera de ser echada del Congreso Nacional. Ratificó que, si alguien le toca a su hija, incluso es capaz de matar y que asumirá las consecuencias.
“Aunque mi familia ya está con miedo y me piden que baje un cambio. Yo no les tengo miedo. Saben que no soy una figura para cambiar la agenda del Gobierno, pero sí les ofendo mucho. Creo que van a terminar sacándome del Parlamento, creo que no voy a terminar los cinco años, pero hasta ahí. Yo no soy un personaje y cuando digo que voy a matar por mi hija, voy a matar, no es que dije para los titulares, yo le voy a matar al que le toque a mi hija”, finalizó.
El proyecto de declaración que repudia los “reiterados exabruptos” de Celeste Amarilla fue resistido por algunos sectores, tanto que una de las bancadas del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) se retiró de la sala de sesión, por considerar que la medida podría constituirse en un atropello a la autonomía de la Cámara de Senadores.