El IV Censo Nacional de Población y Vivienda para Pueblos Indígenas 2022 recogió datos de personas de los pueblos Mbyá, Avá Guaraní, Paĩ Tavyterã, Nivaclé, Enlhet, Enxet, Angaité, Guaraní Occidental, Sanapaná, Guaraní Ñandéva, Ayoreo, Toba Maskoy, Qom, Ybytoso, Maká, Aché, Manjui, Guaná y Tomarãho, distribuidas en 782 comunidades de Concepción, San Pedro, Guairá, Caaguazú, Caazapá, Itapúa, Alto Paraná, Central, Amambay, Canindeyú, Presidente Hayes, Boquerón, Alto Paraguay, Paraguarí y Asunción.
Estos datos serán fundamentales para el diseño de nuevos programas y políticas públicas enfocadas en los pueblos.
También permitirán mostrar la diversidad étnica y lingüística de los pueblos indígenas en el Paraguay, a través de la difusión de su cultura y sus conocimientos ancestrales, y proveerles a estos de datos estadísticos sobre sus propias comunidades para el desarrollo de diversas iniciativas comunitarias.
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“Hoy estamos culminando un gran operativo iniciado el 9 de noviembre, un trabajo exitoso que nos permitió llegar al 100% de las comunidades y a un 98% de las viviendas indígenas, algo que para nosotros es un logro, una experiencia muy positiva”, informó Nélida Otazú, responsable del operativo censal.
Acerca de las viviendas no censadas, explicó que está en curso un proceso de recuperación para llegar a la totalidad de las viviendas indígenas de todo el país.
“Este 2% restante no pudo ser censado por problemas de liderazgo comunitario, por opción religiosa, o por tratarse de viviendas en zonas de conflicto, como es el caso de Amambay. De todas maneras, vamos a seguir trabajando para tratar de llegar a ese porcentaje restante durante las próximas semanas”, señaló.
Recalcó que gran parte de los diversos componentes de la estructura censal fue dirigida por personas de pueblos indígenas de ambas regiones del país. De los 1.391 censistas que participaron del proceso, el 100% pertenece a alguno de los pueblos indígenas presentes en Paraguay.
Así también, refirió que la clave para alcanzar el objetivo planteado fue la participación protagónica y el involucramiento de todas las organizaciones, líderes y lideresas comunitarias de los diversos pueblos indígenas desde el inicio del proceso.
“Hemos llegado a más de 782 comunidades entre aldeas, barrios y núcleos de familia, pese a las difíciles condiciones climáticas que se presentaron en algunas zonas. Pero, felizmente, con la participación comprometida y activa de los propios pueblos indígenas, pudimos resolver los problemas que se fueron presentando en casi todos los casos”, recalcó Nélida Otazú.
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El plan de capacitación, los manuales para supervisores y censistas, así como los instrumentos censales que se aplicaron durante el IV Censo Nacional de Población y Vivienda para Pueblos Indígenas, fueron adaptados según las pautas culturales de cada pueblo y traducidos en doce lenguas indígenas, de manera a garantizar una mayor fiabilidad de la información recolectada.
Operativo diferenciado en zonas urbanas
Por primera vez, este operativo censal hizo énfasis en las personas de pueblos indígenas que, por razones de trabajo, estudio u otras, se encuentren fuera de sus comunidades o núcleos familiares durante las semanas del censo.
En este sentido, Nélida Otazú señaló que se desarrolló “una experiencia muy positiva” para censar a los indígenas que viven en contexto urbano no comunitario, así como en viviendas colectivas.
“Se ha llegado a las cárceles de Tacumbú, Emboscada, Pedro Juan Caballero y a la Cárcel Regional de Ciudad del Este, donde ya sabemos que fueron captadas 30 personas de pueblos indígenas”, indicó.
Sobre el proceso de pago a supervisores y censistas, Otazú informó que ya lo iniciaron en todo país, llegando a un 80% en la Región Oriental y 40% en la Región Occidental, debido a las condiciones climáticas y de acceso a las comunidades, pero desde ayer se están realizando los pagos en Filadelfia, Loma Plata, Boquerón y Mariscal Estigarribia.