El conflicto comenzó cuando un hombre, que había dejado accidentalmente las llaves dentro de su vehículo, decidió recurrir a un cerrajero conocido en la ciudad de Curuguaty para resolver el inconveniente.
El trabajador, identificado como Miguel Colmán, acudió al lugar donde el propietario del vehículo le mostró su automóvil y se retiró nuevamente para buscar sus herramientas. Sin embargo, al regresar cometió un error al abrir otro vehículo.
El malentendido no tardó en agravarse cuando los verdaderos propietarios del auto afectado llegaron al lugar y encontraron a Colmán trabajando en su vehículo.
La confusión desató una discusión acalorada, que llevó a la intervención de los agentes de la Comisaría 5.ª de Curuguaty, quienes llegaron para mediar en el conflicto.
Tras una serie de intercambios verbales, el cerrajero admitió su error y pidió disculpas a los propietarios. El incidente no pasó a mayores y la situación fue resuelta sin consecuencias legales.
El cerrajero Miguel Colmán reconoció su error públicamente, subrayando la necesidad de ser más cuidadoso en su trabajo para evitar situaciones similares en el futuro.