Así lo revela el informe anual sobre brecha de género que ha publicado este lunes el Foro Económico Mundial y que confirma, una vez más, que los avances en paridad son muy lentos o inexistentes en ámbitos como el económico.
Entre las mayores causas están que las mujeres ganan menos que los hombres por el mismo trabajo, ocupan proporcionalmente muy pocos puestos directivos o de liderazgo y las actividades en las que más participan –como la venta al público y tareas administrativas– son aquellas donde los salarios llevan años estancados.
Esos mismos tipos de empleos se han visto afectados por la automatización, lo que ha reducido la demanda de mano de obra.
Otros elementos que influyen en la brecha económica que impacta a las mujeres son el que ellas emplean al menos el doble de tiempo que los hombres en cuidados (de niños, ancianos y otras personas que requieren asistencia) y el escaso acceso que tienen a capital para sacar adelante un negocio.
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El informe del Foro advierte de que sin un cambio radical las cosas no cambiarán, porque la tendencia actual a que las mujeres estén poco representadas en las áreas donde los salarios más han mejorado parece perpetuarse.
Según un análisis realizado por el Foro en colaboración con LinkedIn, las mujeres ocupan una proporción muy baja de los puestos en las llamadas “profesiones emergentes": la informática de la nube (12%), la ingeniería (15%), y los datos y la inteligencia artificial (26%).
Cambiar esta situación pasa por proporcionar a las mujeres las competencias que necesitan para desempeñar los puestos de trabajo más demandados, pero más importante aún –aunque igualmente difícil– es propiciar la diversidad en la contratación y crear culturas laborales inclusivas.
El cambio de mentalidad es, por tanto, esencial. El Foro lo confirma cuando revela que las mujeres no están adecuadamente representadas en ciertas áreas de actividad incluso contando con las competencias demandadas.
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Los ejemplos que ofrece el informe son elocuentes: en ciencia de datos, el 31% de los que poseen las competencias necesarias son mujeres, pero estas solo ocupan el 25% de los puestos, mientras que en áreas digitales las mujeres están igual de preparadas que los hombres, pero solo representan el 41% de los empleos.
De manera más general, cuando a la cuestión económica se añade la política, la educativa y de salud, la brecha global de género se ha reducido ligeramente y por primera vez en tres años.
Sin embargo, este dato que pierde todo su cariz esperanzador cuando se sabe que, al ritmo actual, se tardará 99,5 años en alcanzar la paridad entre hombres y mujeres, 8 años y medio menos de lo que se calculaba hace un año.
Esta mejora relativa se debe en su mayor parte al importante incremento del número de mujeres que participan en política. En este ámbito la brecha de género tardará 95 años en cerrarse.
En 2019, el 25,2% de escaños parlamentarios y el 21,2% de los cargos ministeriales del mundo están ocupados por mujeres, frente al 24,1% y el 19%, respectivamente, el año pasado.
La política es el sector en el que menos se ha avanzado, mientras que en áreas como la educación y la salud la paridad está más cerca (96,1% y 95,7%, respectivamente).