Andrea Rivarola, directora de Turismo y encargada del cerro, indicó que actualmente el sitio es aprovechado como espacio para realizar ejercicios y caminatas. “Lo que más me están solicitando es la parte de los ejercicios, pero también es un lugar que la gente usa para hacer conexión con la naturaleza, y algunos usan para hacer sesiones de fotos”, dijo la trabajadora municipal en una entrevista con ÚH.
La formación rocosa data de hace 45 millones de años, aproximadamente. Su cota actual es de 169 metros sobre el nivel del mar, tiene una superficie de 72 hectáreas y fue explotada durante muchos años (1989 a 2016) por la empresa Concret-Mix.
“Toneladas y toneladas de piedra se llegaron a explotar”, refirió Andrea. “Todos los empedrados de la zona, que son de un color gris oscuro a negro, provienen de la cantera de Ñemby”, añadió.
La encargada del cerro es, de hecho, una de las integrantes de la agrupación vecinal que encaró a la empresa con el objetivo de recuperar el destacado recurso natural. Andrea vivió los temblores de la explotación del cerro. “Una vez que explotaban, las piedras caían en la cancha. Los vidrios de la sala de mi casa reventaron dos veces. Mucho sufrimos realmente”, recordó.
Actualmente, la Municipalidad de Ñemby ya cuenta con la titulación de 48 de las 72 hectáreas que tiene el cerro, debido a que el litigio con la empresa continúa hasta hoy.
Mirador y anfiteatro. La encargada del cerro adelantó que ya existe un proyecto presentado por la Municipalidad local para construir un anfiteatro en la zona, además de una bicisenda, un mirador dotado de telescopios y la posibilidad de contar con un área de bombeo para la aireación de la laguna, con el objetivo de sanearla e introducir peces.
“Tengo dos proyectos que quiero hacer. Uno es la Feria de los Países, en la que 12 países puedan exponer un stand con su comida tradicional, su danza, y queremos hacerlo en la garganta del cerro, invitar a los consulados”, reveló Andrea.
En la zona ya se cuenta con cancha de fútbol de arena, de pista, de bowling, además de juegos para los niños y un caminero de 7 kilómetros.
“El Municipio está haciendo lo humanamente posible, pero hace falta inversión”, observó Andrea.
Al cerro acuden cerca de 2.500 personas a la semana desde distintos puntos del país. Entre ellas se incluyen estudiantes de todos los niveles, interesados en descubrir y estudiar la composición de las rocas y el ambiente.
Cuidado de árboles. Édgar Ibarra, director de medioambiente de la Comuna de Ñemby, informó que el sitio cuenta con una declaración de impacto ambiental encarada a la restauración y recuperación del cerro como área recreativa y de esparcimiento social, cultural y deportiva.
“Aquí se hacen los cuidados pertinentes de los árboles que están en etapa de regeneración y el municipio realiza el esparcimiento de los abonos naturales”, indicó Ibarra.
Animales como el búho, dos variedades de serpientes y dos especies de carayá conviven en la zona del bosque, que abarca aproximadamente 17 hectáreas. La laguna alberga a patos silvestres, renacuajos y otras especies de aves, pese a que el agua en el sitio se halle estancada. “El agua, de tanto tiempo que está estancada, produce moho, y por eso tenemos el color verde esmeralda en la laguna”, explicó la encargada del cerro.
En los días de lluvia, contó, la situación sobrepasa el nivel y sale de sus límites.
“Tenemos una máquina que hace que se mueva un poquito atrás del agua y quede a un nivel justo, digamos, pero falta alguna gestión para que la gente venga a interiorizarse y a ver qué se puede hacer”.
Atendiendo a las frecuentes visitas que recibe el lugar y a su potencial como geoparque y atracción turística, también se requiere de carteles informativos que expongan la composición, la historia y los detalles del origen del cerro y la zona que le dio el nombre.