A más de un mes y medio de cuarentena sanitaria es recurrente observar que grupos vulnerables implementan medidas de fuerza para exigir asistencia por parte de las autoridades nacionales.
Indígenas de las comunidades Monte Alto y Makalaguaya, del pueblo Enxet, salieron de sus casas y cerraron la ruta que une Pozo Colorado y Concepción, a la altura del kilómetro 317, en el Departamento de Presidente Hayes, para exigir kits de víveres al Gobierno.
En la semana pasada, la organización Tierra Viva expuso cómo estaba la situación en Monte Alto. Niño Gómez había manifestado a una emisora local que ya estaban pasando hambre, y que desde el inicio de las restricciones no recibieron ayuda.
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“Estamos cumpliendo con lo que decretó el Gobierno, no estamos saliendo y nadie tampoco entra a nuestra comunidad. Pero tuvimos que salir a pescar porque no tenemos nada”, relató.
En una situación similar se encuentran otras comunidades indígenas del Chaco.
Varias comunidades están con necesidades
Cándido Vinz, dirigente del pueblo Enlhet Norte en el distrito de Irala Fernández, en Boquerón, manifestó a Última Hora que solo una comunidad había recibido ayuda de la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) en esa zona del país.
Habló de la comunidad Armonía, y detalló que la mayoría de los productos proveídos a las familias tenían 2 kilos, y que no sería suficiente en el caso de que se decida continuar con la cuarentena.
Expuso que varios grupos Enlhet no tuvieron la misma suerte. Refirió que las comunidades Pozo Amarillo, Paz del Chaco, Terrenal, Nueva Vida, Para todo, Campo Largo, Tres Núcleos, Casanillo no habían recibido ninguna asistencia aún por parte de las autoridades locales, ni nacionales.
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“Ellos me enviaron mensaje normal, de que están necesitando alimentos. Cuando el presidente decretó la ley de Quedate en casa, sus patrones les pidieron quedarse en su casa y hasta ahora no trabajan. La mayoría son jornaleros. No se están yendo a trabajar”, detalló.
La gran mayoría de los pueblos indígenas atraviesan por lo mismo. En este sentido, Alberto Vázquez, presidente de la Asociación de Comunidades Indígenas de Itapúa (Acidi), expresó preocupado que no sabían cómo llegarían a mayo, por ejemplo.
“Es que ni siquiera pueden vender mieles. Nosotros siempre estamos en el último escalón, después de los campesinos. Siempre último se acuerdan de los pueblos indígenas”, lamentó.