Natalicio Esteban Chase Acosta lleva un poco más de un año como senador electo para este periodo (2023-2028). Aunque se postuló por Fuerza Republicana, antes de asumir su banca, confirmó su pase al cartismo.
Fue titular de la Essap durante el gobierno de Mario Abdo Benítez, sector al que respondía, y a partir de este año se convirtió en el líder de la bancada de Honor Colorado (HC) en la Cámara Alta.
Se había generado una pulseada dentro del bloque por la sucesión del liderazgo de Basilio Bachi Núñez, quien se quedó con la presidencia del Congreso, y sigue siendo el que marca las pautas.
Aparentemente, Chase aún no goza de la suficiente confianza para ser parte del comando político cartista, y la opción que le queda es recibir y cumplir las órdenes de bajadas de línea a rajatabla.
Justamente, sus intervenciones en las sesiones del Senado tienen que ver con defender a capa y espada lo que se resuelve dentro de la bancada, en torno a determinados proyectos que son de su interés.
También le toca el papel de retrucar a los opositores cuando se dan ciertas discusiones que afectan a su sector, ya sea críticas o reclamos en relación a posturas o acciones, o contra el líder del movimiento y titular de la ANR, Horacio Cartes.
Se había dado una pulseada entre Chase y su colega y correligionario Colym Soroka por la presidencia de la Comisión de Obras Públicas del Senado. Este último estuvo en desacuerdo con la designación del referente cartista.
Abiertamente y a varios medios había manifestado que Chase supuestamente le comentó que tenía intereses propios respecto a Obras Públicas porque cuenta con empresas del rubro vial.
Ya siendo titular de la Essap, se dio la llamativa contratación de su hija Giselle Chase en la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) con un salario de G. 15.600.000.
El cartista tampoco se salvó de las denuncias sobre presuntas irregularidades durante su gestión. Uno de los sindicatos de la aguatera estatal lo había mandado al frente por una licitación de obras de alcantarillado de Fernando de la Mora para la empresa Edivisa, en la que el representante supuestamente sería su padrastro Emilio Díaz de Vivar.
Como senador, hasta el momento acompañó un total de 31 proyectos de ley. Ninguno de estos figura como de su autoría propia.
Uno de ellos, que en su momento generó polémica, tiene que ver con la prohibición de la promoción, fomento o enseñanza de la ideología de género en las instituciones educativas.
También, la polémica ley que establece el control, la transparencia y la rendición de cuentas de las oenegés, recientemente promulgada por el presidente Santiago Peña.
Sus bienes
En el 2008, presentó su declaración jurada de bienes a la Contraloría, tras quedar fuera del cargo de viceministro de Obras Públicas. En ese entonces ya tenía una asignación mensual fija en Jónica de G. 8 millones, e inversiones por G. 300 millones. En activos tenía G. 1.103.083.668.
Tras salir de la Essap tenía G. 2.961.468.876 en activos, y uno de esos eran bonos en Jónica por G. 1.450 millones.
Según su rendición de cuentas, del 2024, desde el 2022, hasta abril de este año estuvo como presidente de la Empresa Jónica SA.
1.103.083.668 guaraníes figura en su DJ del 2008, en números, pero no coincide con la transcripción en letras, en la página de la CGR.