Las comidas de la abuela siempre son entrañables y Lola Centurión recordó a la suya cuando comenzó a cocinar las recetas paraguayas en su casa, que está ubicada en el barrio San Isidro, en el norte de Buenos Aires, Argentina.
Hace dos años que decidió profesionalizarse en la gastronomía y dedicarse a la cocina fusión, que se emplea para mezclar estilos culinarios de diferentes culturas. Pero ya lleva un par de años más dedicándose al rubro.
La chef paraguaya tiene 43 años y es oriunda del barrio Sajonia, de Asunción. Se mudó al vecino país hace 20 años, buscando un mejor lugar para vivir. Al principio tuvo una editorial, en la que le fue bien, aseguró, y al poco tiempo trabajó en un emprendimiento de ropas.
Pero, hace cuatro años participó de un encuentro en Madrid, España, y conoció a una colectividad paraguaya y se sorprendió al ver la trascendencia de las recetas paraguayas en el país europeo. Esto la animó a buscar lo mismo en Argentina y se inspiró en la comida que hacía su abuela materna, doña Gabriela.
“Me acordaba de eso, de los sabores y olores. Ahí dije que tenía que empezar una carrera, encontré esa pasión y ahora me encanta la cocina”, expresó la compatriota.
Lola Centurión montó en el patio de su casa un restaurante con las características de un comedor y un ambiente muy paraguayo. Pero cuando llegó la cuarentena por el Covid-19 en Argentina tuvo que reinventarse como muchos otros trabajadores y sectores. Comenzó a hacer servicios de cátering y entregas de sus comidas.
“La verdad que yo tuve muy buena recepción con la comida paraguaya, más que nada porque encontré el lado de presentarla”, apuntó.
“Traté de hacer las empanadas que hacía mi abuela, pero también un poco con la magia argentina. Por ejemplo, en Paraguay se hacen las empanadas fritas y acá al horno, allá se hace la carne picada y acá al agua cortada con cuchillo. Entonces, lo que yo hago así es cocina fusión paraguaya”, explicó.
La compatriota comentó que sus platos de mayor éxito son la chipa, que tiene una demanda de 25 kilos al mes; la sopa paraguaya, el pajagua maskáda, el chipa guasu y el vori vori, al que denominó como un “hit del invierno”.
Otra de sus recetas exitosas es el falafel mandi’o, que se hace en forma de croquetas.
La mayoría de sus clientes son argentinos, en edad joven, que por lo general la conocen a través de las redes sociales. La chef paraguaya también se volvió popular en Instagram, donde comparte toda la variedad de su menú.
“Cuando llegué de cocinar de Europa dije, ‘bueno, voy a probar una aplicación, voy a aprovechar para ofrecer algo nuevo’. Obviamente, acá hay muchísimos paraguayos, pero todo es mucho más familiar en esos círculos (...). Cuando empezó la cuarentena me encontré con algo totalmente distinto y dije, ‘bueno voy a ver cómo me las ingenio’. Ahí comencé a publicar”, relató.
Una de las metas de Centurión es poder abrir un comedor, algo parecido al conocido Mercadito de Asunción, de deliciosa comida popular. Quiso emprender con ello en 2020 hasta que se vino la pandemia del Covid-19 y decidió dejarlo para otro momento.
No obstante, aseguró que está convencida de seguir con la gastronomía paraguaya en Argentina, donde encontró su lugar y su pasión en el arte culinario.