22 nov. 2024

Chile hacia la izquierda

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SUSANA HIDALGO

Es raro para nosotros los paraguayos observar lo que pasa en Chile y entenderlo.

Obviamente cómo no nos va a costar entender, si por acá la gente le vota a Nenecho, y siempre que puede deslumbra con su ignorancia en las redes sociales anunciando apocalipsis y otras desgracias respecto a todo lo que en el universo tenga algo que ver con la izquierda, esa mala palabra.

Ahora los nuevos expertos en política internacional que saben todo sobre Chile desde aproximadamente el domingo a las 20.00, advierten que se viene un desastre en el país que eligió al izquierdista Boric. Yo no soy experta pero igual quiero agregar mi granito de arena.

Lo primero que quiero es compartir mi envidia respecto al nivel de cultura que tiene esta gente, y sin dudas su gran capacidad de articularse para salir a la calle para hacer sus reclamos casi no tiene parangón, pero bueno, ese es otro tema.

Cuando la tendencia en el conteo de votos iba confirmando su derrota, el derechista candidato perdedor agarró el teléfono y llamó al vencedor a reconocer la derrota y a felicitarlo. Como no soy experta realmente no puedo decir si allá hay compra de votos, votos calesita y si los difuntos siguen votando desde el cementerio, o cuál sería la actual cotización para la venta de cédulas, pero cuando te confirman que perdiste lo reconocés y ya está. Ya habrá tiempo para conspirar después, digo yo.

Según dicen, hace diez años nadie lo conocía, pero allá por 2011 Gabriel Boric surgió como uno de los líderes del movimiento estudiantil que tomó las calles exigiendo educación de calidad y gratuita. Después fue electo presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile; y otro tiempo después junto a otros dos exdirigentes estudiantiles menores de 30 años fueron electos diputados en 2013.

Lo único que le veo en común con nuestra juventú republicana es que estudió Derecho; aunque en su defensa hay que aclarar que, pese a que completó la carrera nunca se recibió de abogado, porque como dijo, en realidad no era su vocación.

Su discurso tuvo momentos importantes, pero me quedo con la imagen que dio cuando llegó a la Alameda, donde había miles reunidos festejando. El automóvil en el que llegó no pudo avanzar precisamente por la multitud reunida, así que se bajó del auto y atravesó la masa de gente, trepó por encima de una valla y subió al escenario.

Boric se define como ecologista, feminista y regionalista, y aspira a un modelo de bienestar parecido al de Europa; y como colofón, dicen los expertos que va a ser el presidente más izquierdista desde el Gobierno de Salvador Allende (1970-1973).

En cuanto a su discurso, fue significativo el saludo que hizo en mapuche, rapanui y aymara, y el reconocimiento a los pueblos originarios.

Por acá, como sabemos, la gente se golpea el pecho y canta en un estadio que la raza guaraní es vencer o morir, y después ven por la tele como desalojan a los indígenas de sus tierras ancestrales con armas y helicópteros y no les importa.

Se dice que Boric tuvo que moderar su discurso para la segunda vuelta, que era un poco más radical, pero también dicen que hizo esto sin cambiar lo fundamental de sus propuestas: transformar el sistema de pensiones, aumentar la presencia del Estado en áreas como la educación y la salud, o atacar la desigualdad con una reforma tributaria que aumente la presión fiscal a los más ricos.

Esa es la parte que más se envidia, tener políticos con propuestas, y todavía mejor, políticos con propuestas que se centran y enfocan en las necesidades de la gente.

La pregunta que queda, ¿cuál va primero?, ¿el huevo o la gallina? La clase política paraguaya es lo que es porque no hay ciudadanía, o es que no hay ciudadanía precisamente por culpa de esa clase política? En fin, la gente en las calles defendiendo derechos y reclamando salud, educación, trabajo y pan, eso también es para envidiar.