El portavoz del Ministerio de Exteriores del gigante asiático Guo Jiakun declaró este martes en rueda de prensa que las restricciones estadounidenses “perturban seriamente las reglas del mercado y el orden económico y comercial internacional, afectando la estabilidad de las cadenas globales de producción y suministro, y perjudicando los intereses de empresas en China, Estados Unidos y el mundo”.
Guo también denunció que estas acciones forman parte de un intento por mantener la hegemonía tecnológica de EEUU y podrían desencadenar una “nueva Guerra Fría tecnológica”.
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Además, subrayó que numerosas empresas y asociaciones tecnológicas estadounidenses ya expresaron su oposición a las medidas de la Administración del actual presidente del país norteamericano, Joe Biden.
Según el portavoz, China “se opone firmemente” a estas restricciones y “adoptará medidas firmes para salvaguardar los derechos e intereses legítimos de sus empresas”.
Asimismo, enfatizó que la IA debería ser considerada “un recurso compartido de la humanidad y no una herramienta para los privilegiados”.
En un esfuerzo por fomentar un entorno más inclusivo para el desarrollo de la IA, Guo destacó que China promovió una iniciativa global para la gobernanza de esta tecnología, impulsado una resolución sobre la construcción de capacidades en la Asamblea General de la ONU y establecido el Grupo Internacional de Amigos para la Cooperación en IA.
“China continuará trabajando con todas las partes para defender la apertura sin barreras, la conectividad sin desacoplamientos y la igualdad sin discriminación”, afirmó el portavoz.
A su vez, abogó por garantizar que los beneficios de la IA lleguen a todas las naciones y se promueva un desarrollo tecnológico equitativo.
Las restricciones estadounidenses, anunciadas el pasado lunes por el Departamento de Comercio, buscan limitar el acceso de ciertos países a procesadores avanzados de IA bajo el argumento de proteger la seguridad nacional.
Sin embargo, estas fueron criticadas por su impacto potencial en las cadenas globales de suministro y por el periodo de implementación de 120 días, que podría permitir modificaciones por parte de la próxima Administración del republicano Donald Trump, quien tomará posesión de su cargo el próximo 20 de enero.
Las medidas excluyen a 18 aliados clave, como Canadá, Alemania, Reino Unido y Taiwán, pero restringen la adquisición de tecnología a países como Brasil, México y Singapur, que podrán adquirir un máximo de 50.000 procesadores avanzados, según una hoja informativa de la Casa Blanca.
La norma se basa en regulaciones anteriores que tienen como objetivo “proteger la seguridad nacional” de Estados Unidos, incluidos los controles de chips de octubre de 2022 y octubre de 2023.
Fuente: EFE.