Según informó la cadena estatal CCTV, el portaviones participó en operaciones conjuntas navales y aéreas centradas en la obtención de “superioridad aérea regional” y ataques coordinados contra “objetivos marítimos y terrestres”.
En agosto pasado, el Consejo de Asuntos Continentales de Taiwán advirtió que Pekín podría emplear sus portaviones para rodear la isla e impedir cualquier tipo de ayuda del exterior, mediante una estrategia de “antiacceso/negación de área” (A2/AD).
El coronel superior Shi Yi, portavoz del Comando del Teatro Oriental de Operaciones, declaró que los ejercicios buscaron poner a prueba “operaciones integradas entre líneas interiores y exteriores, bloqueos y controles multidimensionales, así como capacidades conjuntas de combate entre distintos cuerpos y ramas” del Ejército chino.
Pekín anunció este miércoles nuevos ejercicios militares en la región central y meridional del estrecho de Taiwán, denominados Strait-Thunder 2025A (“trueno del estrecho”, en inglés), con el objetivo de “poner a prueba la capacidad de las tropas” y que siguen a los realizados este martes.
El Gobierno chino calificó estos simulacros como una “acción disciplinaria decidida” frente a los “intentos desenfrenados de independencia” por parte de la actual administración taiwanesa.
Las autoridades insulares, por su parte, detectaron este miércoles un total de 36 aeronaves, 13 barcos militares y 10 embarcaciones de la Guardia Costera de China en las inmediaciones de su territorio, cifras inferiores a las registradas el martes, cuando contabilizó un total de 76 aeronaves y 15 buques de guerra.
Los ejercicios tienen lugar semanas después de que el presidente taiwanés, William Lai, tachado de “independentista” y “alborotador” por las autoridades chinas, definiese a China como una “fuerza externa hostil” y anunciase un conjunto de iniciativas para frenar las operaciones de “infiltración” de Pekín contra la isla.
Taiwán se gobierna de forma autónoma desde 1949 bajo el nombre de la República de China y cuenta con unas Fuerzas Armadas y un sistema político, económico y social diferente al de la República Popular China, destacando como una de las democracias más avanzadas de Asia.
Sin embargo, Pekín siempre ha visto a Taiwán como una “parte inalienable” del territorio chino y no ha descartado el uso de la fuerza para concretar la “reunificación” de la isla y el continente, uno de los objetivos trazados por el presidente chino, Xi Jinping, tras su llegada al poder en 2012.
Fuente: EFE.