Durante la 2 ª Conferencia Internacional de Exploración del Espacio Profundo, celebrada en la ciudad de Huangshan, perteneciente a la provincia oriental de Anhui, Liu Jizhong, planificador en jefe de la misión, desveló nuevos detalles del proyecto.
El principal reto de la misión, cuyo regreso a la Tierra se prevé para 2030, es encontrar signos de vida en el planeta rojo, lo que representa un “desafío tecnológico significativo para los ingenieros espaciales chinos”, según Liu.
Entre los principales desafíos se encuentran la recolección de muestras en la superficie marciana, el despegue desde Marte y el acoplamiento en la órbita del planeta, en una misión que se desarrollará en 13 fases con detecciones in situ y teledetección.
Liu explicó que la misión incluirá cargas útiles desarrolladas en colaboración con otros países y se llevarán a cabo estudios conjuntos sobre las muestras recogidas.
También destacó que China, en consonancia con las convenciones internacionales, garantizará la protección de Marte y la Tierra durante todo el proceso.
Pekín ha invertido fuertemente en su programa espacial en los últimos años, con las distintas misiones de exploración, como la Chang’e 6, que consiguió traer de vuelta por primera vez muestras de la cara oculta de la Luna en junio, o la creación de su propia estación espacial, la Tiangong, que operará durante unos diez años.
La plataforma china se convertirá a partir de este 2024 en la única estación espacial del mundo si la Estación Espacial Internacional, una iniciativa encabezada por Estados Unidos y a la que China tiene vetado el acceso por los lazos militares de su programa espacial, se retira este año tal y como está previsto.
Fuente: EFE