En una rueda de prensa celebrada hoy en Pekín, el jefe del equipo de expertos chinos que investigó el coronavirus SARS-CoV-2, Liang Wannian, aseguró que “China proporcionó todos los datos disponibles” y que “es el momento de que se siga estudiando el origen del virus en otras partes del mundo”.
Este martes, EEUU y otros 13 países expresaron su preocupación sobre el informe publicado por la OMS y afirmaron que la misión internacional de científicos “se retrasó significativamente” y que “no tuvo acceso a datos y muestras” del virus “originales y completas”.
La polémica nace dado que los expertos de la OMS solo habrían obtenido informes que habían elaborado previamente expertos chinos o que no pudieron revisar los datos originales sobre los que se basaron esos informes, impidiéndoles así llegar a sus propias conclusiones sobre el origen y la forma en la que se propagó el virus, según medios estadounidenses como The Wall Street Journal.
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“No hay ningún fundamento para acusar a China de no compartir sus datos con los investigadores de la OMS. Según las leyes chinas, algunos datos no se pueden sacar del país, pero los analizamos todos juntos en Wuhan”, afirmó Liang.
El científico incidió en que la colaboración entre China y los expertos de la OMS fue “transparente” y que el país asiático “movilizó todos los recursos a su alcance” para garantizar el éxito de la misión.
“Los científicos visitaron todos los sitios que pidieron y se vieron con todas las personas que pidieron ver”, aseveró.
Liang también rechazó que China presionase a la OMS para retrasar la publicación del informe y explicó que tanto los expertos chinos como los del organismo internacional debían “verificar cada dato” antes de llegar a conclusiones.
Con todo, el experto alabó el informe de la OMS porque “ha llegado a las mejores conclusiones posibles teniendo en cuenta la dificultad de esta investigación”.
China emplaza a investigar en otros países
China cree que, al menos por el momento, su parte ya ha terminado, y Liang condicionó la visita de una nueva misión de la OMS a la evolución de las investigaciones: “Es muy pronto para hablar sobre otra misión de expertos aquí. Dependerá de las recomendaciones de las investigaciones y sus planes específicos. También serán necesarios estudios en otros países y regiones”.
Liang indicó que, para progresar, se debe construir “una base de datos global” que incluya secuencias moleculares, genéticas, clínicas, epidemiológicas y de seguimiento de animales salvajes y de condiciones medioambientales.
“Hay que seguir buscando posibles casos tempranos a lo largo del mundo, así como potenciales portadores del virus, y no solo los murciélagos”, agregó.
El informe de la OMS presentado ayer no ofreció una respuesta definitiva sobre el origen del virulento patógeno y sus conclusiones se resumen en cuatro hipótesis.
A la que se le da más credibilidad es a que el nuevo coronavirus llegó al ser humano a través de uno o más animales que habrían ejercido de especie intermediaria.
La probabilidad de que haya saltado directamente de la especie portadora al humano es menor, puesto que en ninguna de las más sospechosas se ha hallado hasta ahora un coronavirus igual o suficientemente parecido.
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El informe indica que el Instituto de Virología de Wuhan estudiaba un coronavirus hallado en murciélagos y muy próximo al SARS-CoV-2, y que el centro de control de enfermedades de la ciudad cambió de sede el 2 de diciembre de 2019, un momento en el que los trabajos de laboratorio pueden sufrir perturbaciones.
Sin embargo, el informe señala que los tres laboratorios de Wuhan que estudiaban coronavirus tenían altos niveles de bioseguridad, que no se reportaron incidentes en esa mudanza y que ningún genoma en ellos era idéntico al SARS-CoV-2.
Todo ello hace “altamente improbable” la teoría del origen de la pandemia en un laboratorio, concluye el informe, aunque ayer el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, consideró que esa evaluación no fue “lo suficientemente exhaustiva” y pidió más estudios al respecto para alcanzar “conclusiones más sólidas”.
Los 17 expertos estuvieron en China entre mediados de enero y mediados de febrero y visitaron el mercado de Huanan, en Wuhan, en el que se vendían animales salvajes, granjas de animales que lo aprovisionaban, así como laboratorios y los centros que almacenan la información de la primera fase de la pandemia.