La Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo (CNRD) y el Ministerio de Ecología y Medio Ambiente de China anunciaron que antes de que acabe 2022 la prohibición deberá aplicarse también en “todas las zonas urbanas por encima del nivel de prefectura y en las comunidades costeras bien desarrolladas”.
Asimismo, los planes de Pekín pasan por impedir este año también la producción y venta de cubiertos desechables de espuma plástica (por ejemplo, vasos de poliespán o pajitas de plástico) o de bastoncillos para los oídos.
Las autoridades esperan reducir en un 30% la intensidad de uso de cubiertos desechables de plástico hacia 2025.
Puede interesarte: Diseñan la primera ciudad bosque del mundo
Los hoteles de más altas categorías también deberán dejar de “ofrecer activamente” productos de plástico de un solo uso antes de que acabe 2022 –aunque podrán venderlos o, por ejemplo, dar la posibilidad de rellenar los botes vacíos–, medida que se extenderá a todos los alojamientos en 2025.
Pekín también apuntó a los servicios postales, uno de los sectores donde más se nota el abuso de los envoltorios, y en las principales provincias del país estas compañías no podrán utilizar paquetes de plástico no biodegradable ni bolsas desechables de tejido plástico a partir de 2022.
Tres años después, este interdicto se extenderá a todas las empresas del sector de la paquetería del país.
Lea más: China aumentará la lucha contra la contaminación
Entre otras medidas para tratar de reducir el problema que supone el abuso de los plásticos desechables, la CNRD y el ministerio destacan la prohibición de producir y vender bolsas de la compra de grosor inferior a 0,025 milímetros o el fin de las importaciones de basura plástica de otros países.
Según datos de la ONU, en China se desechan más de 31 toneladas de plástico cada día, de las que el 74% no se gestionan correctamente: entre los 10 ríos que llevan más del 90% del plástico que acaba en los océanos, seis discurren parcial o totalmente a través del gigante asiático.