En el día 1 de una nueva guerra comercial entre las dos principales economías mundiales, el gigante asiático también presentó un reclamo ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) “para defender sus legítimos derechos e intereses” frente a la imposición en Estados Unidos de aranceles sobre los productos chinos.
La represalia de Pekín se dio a conocer minutos después de que entraran en vigor los gravámenes aduaneros del 10% adicional impuesto por el presidente Donald Trump a las importaciones de productos chinos.
Trump también había anunciado aranceles contra Canadá y México, en este caso del 25%, pero suspendió su implementación durante 30 días a cambio del refuerzo de la vigilancia y la seguridad en sus fronteras para combatir el tráfico de fentanilo.
En un comunicado del Ministerio de Finanzas, China anunció aranceles del 15% sobre el carbón y el gas natural licuado de Estados Unidos, y del 10% sobre el crudo, la maquinaria agrícola, los vehículos de gran cilindrada y las camionetas.
La medida es una respuesta al “aumento unilateral de aranceles” por parte de Estados Unidos, indicó.
Según Pekín, la decisión de Trump “viola seriamente las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), no hace nada para resolver sus problemas y perturba la cooperación económica y comercial normal entre China y Estados Unidos”.
Por ello, el Ministerio de Comercio presentó un reclamo ante la OMC considerando que las medidas tomadas por Washington eran “de naturaleza malintencionada”.
Además de la respuesta arancelaria, las autoridades chinas anunciaron una investigación contra el gigante estadounidense Google por vulnerar las leyes antimonopolio y la inclusión del grupo de moda PVH (propietario de Tommy Hilfiger y Calvin Klein) y del gigante de la biotecnología Illumina en una lista de “entidades no fiables”.
Por último, Pekín también desveló nuevos controles en la exportación de metales y químicos raros como el tungsteno, el telurio, el bismuto o el molibdeno, usados en múltiples industrias.
despreocupado. El presidente estadounidense aseguró ayer no estar preocupado por los aranceles que China ha decidido imponer a ciertos productos importados desde EEUU a partir del 10 de febrero.
“Nos va a ir muy bien contra China y contra todos los demás. Ahora mismo, se han aprovechado de la Administración de (Joe) Biden como nunca antes hemos visto”, dijo desde el Despacho Oval de la Casa Blanca.
Trump sostuvo que se está usando el dinero estadounidense “para construir su ejército” y criticó que Biden (2021-2025) permitiera que eso sucediera.
“La buena noticia es que lo estamos haciendo muy bien. Nos va bien con países que nadie esperaba que fuera bien. Se nos respeta nuevamente como nación, tal vez a un nivel que la gente no había visto en muchas, muchas décadas”, dijo.
El mandatario había retrasado un mes los aranceles que había contemplado contra Canadá y México, pero las tarifas del 10% a las importaciones chinas se mantuvieron y entraron en vigor este martes.
Pekín respondió con firmeza con tarifas selectivas que afectan a productos como el petróleo, el gas licuado, la maquinaria y los automóviles de gran cilindrada, además de lanzar una investigación contra la gigante estadounidense Google y anunciar controles de exportación a minerales críticos.
Trump recalcó que hablará con su homólogo chino, Xi Jinping, en el momento adecuado: “No tengo prisa”, recalcó.
El republicano justificó los nuevos aranceles como un castigo por no hacer suficiente para contener el flujo ilegal de migrantes y drogas al territorio estadounidense.
Dijo que llamaría a su par chino, Xi Jinping para negociar un pacto similar al alcanzado con México y Canadá.