Cerca de las 0.30 de ayer, Carlos Daniel González Mallorquín (30), el chofer de la firma transportadora de caudales Prosegur que el martes, a la tarde, huyó con un botín de 1.850 millones de guaraníes, según el abogado de la firma, José Almada, llegó hasta la casa de su padre y le dijo a este que se iba a entregar. Así lo relató Basilisio González (55), papá del ahora detenido por robo.
Según la Comisaría 11.ª Central, de Arroyo Seco, aproximadamente a las 02.15 Carlos fue llegando hasta la base policial, donde se dio por detenido. Luego los uniformados comunicaron el hecho a sus pares de la Sección Robos y Hurtos del Departamento de Investigación de Delitos, hasta donde fue trasladado.
ROBIN HOOD. Al entregarse, el hombre mencionó que solo llevó G. 600 millones. “Robé el dinero y lo repartí en el Mercado 4 para ayudar a los pobres. Fue algo del momento, se dio la ocasión y lo realicé", refirió a la prensa. En su poder tenía G. 889.000.
Además, criticó la política de la empresa, justificando el hecho. “El trabajo (en Prosegur) es esclavizante; había compañeros que no podían ver a sus hijos por el horario; se entraba a las 5 de la mañana, se salía a las 10.00 y luego te hacían llamar para venir a las 3 de la mañana”, manifestó y sentenció diciendo: “El dinero yo repartí entre gente que necesita, porque la empresa Prosegur es una explotadora, unos ladrones a nuestras costillas”.
Incluso, su suegro Óscar Victorino Cáceres mencionó que a los trabajadores hay que darles un buen trato de personas, con psicólogos, y no como animales, y en el caso de Carlos, este actuó de esa forma de rabia por las injusticias.
“Cuando su madre estaba internada de cáncer no le daban permiso para verla”, dijo. La madre del chofer perdió la vida hace un mes y quince días, tras permanecer varios meses internada y él con su familia tuvieron una deuda muy grande por los gastos hospitalarios.
EL ENCUENTRO. En la mañana de ayer agentes de Robos y Hurtos llevaron a Carlos hasta la sede de la Fiscalía de Lambaré para que pueda declarar. Minutos después llegó su esposa María Julia Cáceres (28), y el padre de esta. Ella, para retirar su dinero, unos 700 mil guaraníes que tenía en el momento de su aprehensión, y Óscar para llevar su camioneta que le fue incautada al ser detenido con su hija.
Como Carlos se abstuvo de declarar ante el fiscal Osvaldo Caballero, salió y se cruzó con su esposa, y solo le pidió perdón por lo que hizo.
DOS CASAS MÁS. En la siesta de ayer los agentes policiales y fiscales allanaron dos viviendas en la ciudad de Ñemby.
Una es del padre del chofer de Prosegur, ubicado al costado de la plaza San Antonio, del barrio del mismo nombre, y la segunda, en la zona de Pa’i Ñu. La segunda residencia allanada pertenece a la concubina de Luis Alfredo González Mallorquín (34), hermano del responsable del robo. Ambos fueron aprehendidos por orden del fiscal Caballero, ya que, según el agente fiscal, cayeron en contradicciones. Empero, en sus casas no encontraron ninguna evidencia del robo.
PROCESADO. En la tarde de ayer el fiscal Caballero imputó a Carlos González por lesión de confianza, apropiación y hurto agravado, solicitando la prisión para el mismo.
“LE CREO, LE CONOZCO Y NO MIENTE”
En la fiscalía, María Julia Cáceres habló con los medios de prensa y mencionó que su marido no miente al decir que entregó el dinero a personas del Mercado 4 y San Lorenzo.
“Yo le creo a él, le conozco muy bien y no está mintiendo cuando dice que les dio a los pobres”, aseveró la esposa de Carlos González.
Por otra parte, indicó que no está preparada para verle, pero llegaría a perdonarle, a pesar del daño que le causó. “Yo no estoy preparada aún emocionalmente para verle, pero le voy a perdonar y le voy a apoyar”, indicó la mujer aún muy dolida.
Al reflexionar sobre lo hecho por su marido, dijo finalmente que les dañó. “No le guardo rencor; lamento por mi familia y su familia. Sin darse cuenta, lastimó a otra gente sin querer”, sentenció.
HUBO DESPIDOS
En el mes de julio pasado, los trabajadores de la empresa Prosegur en Paraguay fueron a una huelga por no conseguir un contrato colectivo. En total unos 350 trabajadores fueron al paro y a consecuencia de eso la firma despidió a 327 guardias privados. El objetivo era negociar mejores condiciones de trabajo, beneficios de salud y de salario.