Desde que Franklin D. Roosevelt asumió el cargo en 1933 en calamitosos tiempos de la depresión económica y pidió un corto plazo para plantear su New Deal a los norteamericanos, el modelo de los 100 días se impuso como barómetro de poder de un presidente entrante.
Es un tiempo demasiado corto para emitir sentencias definitivas, pero sí para observar las primeras decisiones ejecutivas, el relacionamiento con el Congreso y la construcción de confianza con la ciudadanía. El foco es generar esperanza.
Santiago Peña ha cumplido los 100 días como presidente de la República alzando como bandera más importante de su gestión la rebaja de combustibles, un rubro sensible para la canasta familiar.
A todo presidente se aconseja aprovechar los primeros meses de su gobierno para tomar las decisiones más difíciles porque es el momento de su mayor capital político en el que tiene el apoyo total de su partido y la oposición no pone trabas.
Como economista, se esperaba de él mayor agresividad en las decisiones económicas, pero no se animó a plantear, por ejemplo, la reforma de la función pública.
En el caso del presidente actual se agrega la vara del liderazgo político, a raíz de la debilidad de origen de su poder y el poder bifronte que comparte con su padrino político, Horacio Cartes. En el campo en el que tuvo mayores problemas fue en el área política justamente por su falta de liderazgo político.
En este corto tiempo, Peña no disipó las dudas sobre su dependencia de Cartes, lo que debilita su imagen y compromete el futuro del país, al que se suman tempraneras disputas internas entre algunos líderes colorados, especialmente en el Senado.
Quizá por esa ausencia de un poder claro y vertical, se cometieron demasiados errores que obligaron al Presidente a dar marcha atrás en algunas decisiones y, en otras, se vio obligado a pagar por los desaciertos de sus ministros o caudillos políticos. En la lista aparecen los despidos, luego revisados, de los 187 contratados de Itaipú; el anuncio de los despidos de 7.000 contratados en IPS, luego suspendido para “analizar caso por caso”. El escándalo de la Finca 916, el negocio del despojo de las tierras públicas que lo obligó a desacreditar a su líder de bancada en el Senado, Bachi Núñez. La torpeza de plantear aumento salarial para sí mismo y sus ministros (lo que ya de por sí habla de su desconexión de la realidad económica). Como si fuera poco, atizó el fuego al plantear también el aumento salarial para los congresistas. No solo se vio obligado a retirar la propuesta ante las críticas ciudadanas y políticas, sino generó una innecesaria crispación con los legisladores a quienes denunció por extorsión.
MISIÓN CARTES. La política exterior tampoco fue su fuerte. Empezó su gobierno con una tensión con la Unión Europea, en un tema absurdo, pero que remendó a tiempo para evitar una crisis mayor. Quedó como un presidente inexperto e irresponsable por convertir un asunto electoral en un problema internacional.
Los problemas de Cartes marcan su agenda internacional. Fue a EEUU a dialogar con políticos republicanos buscando alianza para revertir la situación de su padrino, sancionado política y económicamente por el gobierno demócrata de Biden.
Lo más peligroso de este vínculo umbilical fue el reciente nombramiento de Alicia Pucheta de Correa como representante del Poder Ejecutivo ante el Consejo de la Magistratura. Especialmente la forma brutal de su imposición no solo por las dudas constitucionales sino por los incidentes que llegaron a los golpes físicos a la hora de su juramento en el Senado. Pucheta responde a Cartes y Peña solo firmó el decreto para que su jefe tenga el control del Poder Judicial. Un episodio que revela las formas de ejercer el poder.
Con la mayoría se vence, pero no se convence. Peña tiene doble mayoría en el Congreso, una condición inmejorable para cualquier presidente. Está desaprovechando esta oportunidad única que tiene fecha de vencimiento, quizá porque no se anima a disputar el terreno político a Cartes. No debe lotear el poder porque de lo contrario perderá el control de lo más importante. Las decisiones económicas y sociales están atadas a las negociaciones políticas.
De los errores y desaciertos ni siquiera puede culpar a la testimonial oposición, o a sectores sociales. Los problemas y los obstáculos fueron puestos por sus partidarios o generados por su propia impericia.
Si quiere que avance el país, debe empezar a eliminar las manzanas podridas de su partido, las que protegen al crimen organizado, que como nunca está dando muestras de su poder. El escenario está fuera de control. Tanto que el ministro del Interior, Enrique Riera, quien habitualmente tiene respuestas para todo, se vio obligado a admitir que están perdiendo la batalla contra la inseguridad. O que el ministro de Justicia admita que el clan Rotela maneja un sector de la cárcel de Tacumbú. Una seguidilla de hechos muestran la descarnada corrupción del sistema de seguridad, el lado B de una negra historia que ningún Gobierno colorado se anima a combatir.
Peña puede vencer con su aplanadora colorada, pero los reveses políticos le demostraron que no basta con la brutalidad de la mayoría. Además convencer necesita demostrar que es el timonel del país, un asunto que no disipó en estos primeros cien días de gestión.
Textual
“La agresión de Bachi Núñez es irrelevante, comparado con las mortales heridas que, con aspiraciones autoritarias, le infringen a diario a la institucionalidad de la República con estos atropellos. Y en este sentido quiero ser claro: no podemos esperar que el sector oficialista de HC actúe de otra manera, tienen una agenda marcada y persiguen sus intereses; el reproche debemos encontrar en algunos seudoopositores, principales cómplices de este atentado a la Constitución Nacional.”
Lo que hay que saber
SUEGRO ENOJADO. El Gral. Nicolás Capdevila, suegro de Horacio Cartes, se marchó del cartismo enojado porque César Moreno fue elegido Cmdte. de las FFMM y no Roque Sotelo.
HIJO DE. Después del carnet partidario, el otro privilegio es el vínculo familiar. Lo puede decir el hijo del ministro César Diesel, elegido para una terna judicial a pesar de su bajo puntaje.
REFORMA. Afiebrado por la victoria de Milei, el senador liberal Salyn Buzarquis plantea el balotaje, desatando sospechas sobre el real beneficiario de una reforma constitucional.
BLANQUEADO. La Cámara de Diputados archivó 3 pedidos de intervención de municipios con denuncias de irregularidades. Entre ellos, la gestión de Hernán Rivas, papá del senador cartista.