La población mundial de esta especie probablemente no supera los 6.700 individuos y está disminuyendo “de manera preocupante” en toda su área de distribución, particularmente “debido a eventos de envenenamiento masivo a los que la especie es especialmente propensa debido a su comportamiento altamente gregario.
Los expertos, encabezados por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) consideran que el cóndor andino (Vultur gyphus) “avanza rápidamente hacia su extinción”.
Los envenenamientos son hoy “la amenaza más grave” para esta ave, eminentemente carroñera y que se reúne de forma masiva para alimentarse.
Esta característica, le hace muy vulnerable a las carroñas envenenadas, ya sea con la intención de eliminar a los cóndores o a otros animales que son considerados alimañas, como el puma o los perros asilvestrados”, informa en un comunicado la Fundación para el Conocimiento, Madrid.
La misiva se refiere a dos casos recientes y “especialmente graves”, uno en Argentina donde murieron 34 cóndores, lo que supone el 1% de la población mundial, y el segundo en Bolivia.
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“Ambas situaciones —según los expertos— ponen de manifiesto que, de darse un evento de envenenamiento, las consecuencias pueden ser potencialmente devastadoras para las poblaciones de la especie”.
Pero, además, hay otras amenazas, como la intoxicación por plomo, la competencia con perros vagabundos y la caza y captura ilegales. Los investigadores plantean la conservación de esta especie priorizando enfoques colaborativos y combinando múltiples escalas desde la local a la internacional, que garanticen el abordaje y resolución exitosa de las amenazas para el cóndor.