La investigación fue dirigida por las doctoras Irene Sánchez-Ajofrín y Ana Josefa Soler, del Área de Reproducción Animal del Grupo de Investigación en Sanidad y Biotecnología (SaBio), informó este miércoles el IREC en un comunicado de prensa.
La reproducción es un fenómeno esencial para la supervivencia de las especies, por lo que las biotecnologías reproductivas, más conocidas como técnicas de reproducción asistida, tienen un papel esencial en la conservación de la biodiversidad.
Además, en el caso de las especies animales que constituyen un recurso directo para el ser humano, como las ganaderas o las cinegéticas, las biotecnologías reproductivas ofrecen alternativas de mejora para su gestión, aprovechamiento y bienestar.
Como mayor fitófago de la fauna y pieza reina de la caza mayor en España, el ciervo ibérico (Cervus elaphus hispanicus) es un buen ejemplo de especie silvestre cuya conservación y gestión pueden beneficiarse de las biotecnologías reproductivas.
Esto, por un lado, proporciona la posibilidad de introducir mejoras en la calidad de los trofeos y, por otro, permiten asegurar la variabilidad genética de las poblaciones más intensamente gestionadas, evitando la aparición de problemas de endogamia.
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Sin embargo, la puesta a punto de las técnicas de reproducción asistida, como la producción de embriones in vitro, supone un auténtico desafío para los científicos cuando se trata de especies silvestres.
Aunque este tipo de biotecnologías suelen estar muy desarrolladas en especies domésticas, resulta difícil extrapolarlas a otras especies menos estudiadas como el ciervo. Además, el número de muestras necesario para poner a punto estas técnicas es elevado y, generalmente, los animales suelen estar alejados de los laboratorios, complicando aún más, si cabe, la conservación de las muestras hasta su uso.
Una alternativa para el desarrollo de estas biotecnologías reproductivas es utilizar muestras procedentes de animales muertos. Así, por ejemplo, se pueden producir embriones in vitro a partir de ovocitos —células germinales femeninas cuya maduración da lugar a los óvulos— extraídos de ovarios de hembras muertas, lo que ofrece la posibilidad de obtener una gran cantidad de material listo para poder ser utilizado y poner a punto los protocolos.
El problema es que, tras la muerte del animal, los ovarios dejan de recibir oxígeno y una consecuencia de ello es la producción de radicales libres y la generación de condiciones de estrés oxidativo, un trastorno que puede afectar a los ovocitos provocando su degradación.
Las consecuencias de la falta de oxígeno pueden ser muy rápidas, por lo que evitar estos daños desde el momento de la toma de muestras resulta fundamental para la viabilidad de los ovocitos.
El IREC ha dado con la clave para resolver estas limitaciones añadiendo melatonina, un potente antioxidante, en el medio de transporte de los ovarios, previniendo el daño que se produce desde su recogida hasta su procesado en el laboratorio.
Según muestran los resultados de este trabajo, la maduración de los ovocitos procedentes de ovarios de ciervo ibérico que fueron transportados en un medio con melatonina y su posterior fertilización dieron lugar a una mayor tasa de producción de embriones in vitro —ocho días— en estado de blastocistos.
Todo apunta a que la melatonina tiene un efecto positivo sobre la regulación del estrés oxidativo en los ovocitos induciendo la síntesis de glutatión (GSH), el antioxidante endógeno más importante de las células, facilitando, de este modo, su preservación en buen estado durante el transporte hasta el laboratorio y estimulando posteriormente el desarrollo de los embriones viables in vitro.
Este trabajo convierte al laboratorio del Área de Reproducción Animal del Grupo SaBio del IREC en el único del mundo que produce embriones de esta subespecie.