“No pasa un día sin que se vea un decomiso de animales salvajes en el sudeste asiático y con frecuencia los volúmenes son impresionantes”, aseguró Kanitha Krishnasamy, directora en la región de la oenegé Traffic.
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La oenegé estima en unos 895.000 los pangolines vendidos ilegalmente entre 2000 y 2019 en el mundo, en vista de los decomisos.
Entre 2017 y 2019 se confiscaron unos 96.000 kilos de escamas en Malasia, Singapur y Vietnam.
El pequeño mamífero es el más cazado furtivamente en el mundo, por sus escamas que son muy usadas en la medicina tradicional asiática, por virtudes que no han sido probadas, y su carne apreciada por los sibaritas.
El tímido animal consumidor de hormigas, que se enrolla frente a los depredadores, ha sido cazado ilegalmente de forma intensiva en el sudeste de Asia y ahora cada vez más en África.
En 2016, la convención internacional sobre el comercio de especies salvajes amenazadas de extinción (Cites) introdujo el pangolín en una lista que prohíbe su comercialización.
Pese a esta medida, el tráfico ilegal continúa. La oenegé llamó a la aplicación de sanciones más severas contra los traficantes para cerrar los mercados y las plataformas que permiten el comercio en línea de animales salvajes.
Investigadores chinos consideran que el pangolín podría haber transmitido al hombre el nuevo coronavirus, pero otros científicos llaman a la prudencia y a la espera de una confirmación definitiva.
Unos 225.000 kilos de marfil de los elefantes africanos, 100.000 tortugas de nariz de cerdo y 45.000 pájaros han sido incautados en el sudeste de Asia en los últimos años, agregó la oenegé.