EFE
BOGOTÁ – COLOMBIA
Paraguay es el país proveedor de cigarrillos contrabandeados y falsificados más importante de Latinoamérica, señaló el peruano Lindon Vela Meléndez, profesor de la Escuela de Economía de la Universidad Nacional y gerente general de la Cámara de Comercio y Producción, al analizar el último Atlas del Tabaco 2012 de la Fundación Pulmonar Mundial, con sede en EE. UU.
Las fábricas de Paraguay tienen “una capacidad de producción de aproximadamente 40.000 millones de cigarrillos, mientras que el consumo interno de cigarrillos se estima solamente en los 2.500 millones de cigarrillos”, manifestó.
“Las exportaciones declaradas legalmente son aproximadamente 4.000 millones, lo que deja una cantidad sorprendente de 33.500 millones de producción no documentada”.
“En la realidad, estos cigarrillos son contrabandeados a Argentina y a Brasil por el río Paraná; viajan por Bolivia por carretera hacia Chile y Perú o son transportados por mar a Panamá y al Caribe y desde allí a otros países de Suramérica en donde son distribuidos ilegalmente”, agregó.
El auge de este negocio ilícito en Latinoamérica se debe, a juicio del experto peruano, entre otras razones a los incrementos excesivos y repentinos de impuestos al tabaco, las diferencias en el tratamiento fiscal de los cigarrillos que existen entre países vecinos, la permisividad ante el contrabando y la falsificación, y los vacíos legales en las zonas francas.
“La experiencia demuestra que mientras se incrementan los impuestos de los cigarrillos, la incidencia del contrabando es mayor”, subrayó.
Panamá es un ejemplo perfecto, según Vela Meléndez.
Luego de tres aumentos de impuestos fuertes en 2009, pasó de ser un país utilizado por delincuentes para el tránsito de cigarrillos de contrabando a un país “afectado en forma significativa porque los cigarrillos contrabandeados son vendidos en el mercado doméstico”.
Según el experto, las ventajas de la Zona Libre de Colón son usadas abusivamente para redistribuir cigarrillos ilícitos principalmente a América Central y del Sur.
Casi dos de cada diez cigarrillos que se venden en América Latina son ilícitos y violan leyes aduaneras, sanitarias, de marcas y otras y por restar al fisco 3.000 millones de dólares al año, dice el Atlas del Tabaco.
PRODUCCIÓN LOCAL GOLPEA A LAS INDUSTRIAS BRASILEÑAS
Un reportaje publicado recientemente en el periódico O Globo, uno de los más importantes de Brasil, asegura que el contrabando de cigarrillos falsificados, supuestamente producidos en Paraguay, goza de buena salud y hace tambalear a la industria tabacalera del estado de São Paulo, en cuya capital del mismo nombre, el 20% del mercado es dominado por los cigarrillos falsificados de marcas brasileñas producidos en Paraguay.
En el reportaje se describe y se demuestra, mediante fotografías, que durante las madrugadas se realiza “la feria del cigarrillo”, en el barrio de Brás de la metrópolis.
En el local llegan los distribuidores, que según el diario provienen de Paraguay, y venden los cigarrillos a unos 50 microvendedores que todos las madrugadas acuden para comprar las imitaciones de los cigarrillos brasileños. Posteriormente, el producto es distribuido en los barrios de clase media y baja para su venta al menudeo.
“Los paquetes vienen de Paraguay, que produce 65.000 millones de cigarrillos por año, de los cuales, el 90% es enviado a Brasil”.
la cifra
USD 3.000
millones al año dejan de ingresar a las arcas fiscales de los países de la región por el contrabando y falsificación de cigarrillos.