Cinco concejales departamentales de Caazapá fueron tomados ayer como rehenes dentro de la sala de sesiones por unos cinco delincuentes que hablaban en portugués. Presumen que el ataque tendría tintes políticos.
Cerca de las 8.40 de ayer, los ediles fueron víctimas de un ataque que presumiblemente sería por algún encargo.
Dos de los atacantes estaban encerrados en el baño de la Junta Departamental hasta que, minutos antes de la sesión, salieron con armas largas y a cara descubierta e intimaron a cinco concejales y varios funcionarios.
Bajo amenaza, les exigieron que permanezcan quietos y callados, luego bajaron las escaleras y salieron al patio del edificio, donde junto a otros tres desconocidos dispararon contra los vehículos de los ediles Emilio Tillería y Hernán Vergara, ambos de la Alianza Ganar, quienes quedaron encerrados en la sala de sesiones, donde también estaban sus colegas Michel Martínez, Benigno Báez y Antonia López, presidenta de la Junta.
Los ediles sospechan que se trató de sicarios contratados por políticos, por la forma profesional con que actuaron, pero que en este caso tenían la intención de intimidar, ya que no hirieron a nadie.
La Fiscalía tampoco descarta un trasfondo que tenga que ver con el narcotráfico.
Vergara dijo que en reuniones anteriores se aprobó un pedido de auditoría de la administración del ex gobernador Avelino Dávalos (ANR), al ejercicio fiscal del 2013 hasta al 2018, y que el documento ya está en la Fiscalía de Delitos Económicos.
A su vez, dijo que ayer iban a solicitar incluir dentro del orden del día la renovación de la mesa directiva, por lo que también sospecha que el ataque fue para frenar tal situación, ya que otros grupos tendrían la intención de evitar que los ediles Antonia López y Michel Martínez, presidenta y vice de la Junta, respectivamente, sean reelectos.
El gobernador Pedro Pipo Díaz Verón, hermano del ex fiscal general Javier Díaz Verón, repudió lo sucedido y se solidarizó con los ediles.
Además, dijo que él también teme por su vida, ya que ayer, alrededor de las 7.30, tenía que ir a la Gobernación, pero que por un reposo médico se ausentó. Aunque no precisó si el objetivo era él, aseguró que uno de los rodados baleados es similar al suyo, por lo que también solicitó a la Policía Nacional un fuerte resguardo en las inmediaciones.
Los concejales Nelson Vera y Benjamín Adaro habían sido víctimas de ataques anteriormente, pero esta vez aún no habían llegado cuando se produjo la toma de rehenes.
La Junta Departamental y la Gobernación de Caazapá funcionan en edificios independientes, pero comparten el patio, donde se produjo la balacera.
Coincidentemente, la Dirección de Policía de Caazapá funciona al lado mismo de la Gobernación, y la Junta Departamental queda detrás de la sede policial, que se dividen por una muralla, pero a pesar de la cercanía, la policía no impidió al ataque.
Los malvivientes se fugaron a bordo de un vehículo oscuro, presumiblemente de la marca Nissan tipo Sunny. Además, olvidaron un teléfono celular, que ya está en manos de la Fiscalía.