06 ene. 2025

Cinco discos del 2024

Feneció un año más, pero acaso no un año cualquiera en términos de la industria musical, tanto paraguaya como mundial. Por eso no quería dejar de decir algo sobre los cinco mejores discos en el 2024, al menos según este cronista.

Primeramente, hay que decir que el podio de cinco podría albergar más álbumes de grandísima factura y de diversos estilos, sin duda. Me adelanto a prevenir por ello que me parece que este fue una especie de pequeño annus mirabilis para la música popular de los jóvenes de hoy, pero también para los de otros ayeres. Como cada año, han salido piezas maestras también en el 2024, pero no recuerdo, al menos desde varios años antes de la pandemia, una fertilidad artística tal como la de este año: Multigeneracional.

Es decir (aunque evidentemente no se puede estar al tanto de todo), la profusión de buena música, tanto en la corriente principal del mainstream como en las marginales y subterráneas, fue patente y quizá buena parte de ella imperecedera. Por ejemplo, y tal vez esta no sea solo una opinión: Los Rolling Stones sacaron su mejor álbum en veinte años, Hackney Diamonds . Y con esta de los octogenarios hablamos de la menor de las hazañas del 2024.

Dos agradabilísimas hazañas especiales constituyen Songs Of A Lost World de The Cure y Aghori Mhori Mei de Smashing Pumpkins, veteranos de la escena del rock. En el primero la banda inglesa regresa a la densidad sonora de sus años mejores en los 80, pero cargados de un espesor nuevo, sobre todo en la utilización de las máquinas. Resulta francamente sorprendente que The Cure haya vuelto al tope de los charts, sobre todo en Europa unos treinta y tantos años después. Pero la melancólica sabiduría de Song of a Lost World , la de unos hombres que se acercan a los 70 de su edad, explica esta inspiración de la madurez y su rotundo éxito: Como una segunda juventud, sobre todo para Robert Smith y su voz poética.

Menos exitoso, pero también más potente, directo y veloz es este culto al rock de guitarras que Smashing Pumpkins practica en Aghori Mhori Mei . Aunque la voz de Billy Corgan se oiga resentida por el tiempo y con retoques digitales, las canciones aquí tienen una contundencia tal que dichos estragos terminan sonando oscuramente bien. Melodías brillantes y riffs al estilo de Black Sabbath configuran este disco como un producto que mira hacia el pasado pero con los ojos del presente. Gran año para las guitarras eléctricas, definitivamente.

Los siguientes dos álbumes son de esta parte baja del mapa: Brasil y Paraguay. Por un lado, el disco que el brasileño Milton Nascimento, de 82 años, grabó con la estadounidense Esperanza Spalding, de 40 años, Milton + esperanza . Dos generaciones y dos lenguas distintas, dos negritudes esenciales. Se trata de una colaboración histórica, con emblemáticas canciones de Nascimento y versiones inolvidables de otros artistas, como aquella emocionante en que ambos cantan A day in the life de los Beatles.

Este no es el único en esta lista que no incluye música inédita, aunque las versiones son en puridad obras prácticamente nuevas. Como nuevas son prácticamente las obras instrumentales de Toti Morel y los buenos muchachos , el primer disco del veterano baterista Morel, producido por su hijo Víctor. Es jazzrock del bueno, de absoluto nivel internacional. Tiene la deferencia de ofrecernos, a un tiempo, brevedad y contundencia: Son 7 tracks. Mención aparte la versión de Pontiac, el tema de 1983 de Música para los perros de Pro Rock Ensamble: Como si la sutileza del jazz paraguayo se mezclara con el heavy metal de Deep Purple.

Finalmente, el mejor de todos para este cronista: Ohio Players , de The Black Keys. 14 canciones, ninguna es mala y abundan los hits. Estamos ante una especie de poprock definitivo, una esponja que absorbe inteligentemente todos los otros géneros con la armonía “a la Beatle” como base y catalizador. Una obra maestra desde la portada.

¡Feliz 2025! ¡Siempre con buena música!

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