Ayer no hubo atención médica, ya que los funcionarios de blanco tenían que realizar todo el protocolo de denuncias ante la Policía y documentar la sustracción de los equipos que son patrimonio del Ministerio de Salud Pública. No obstante, prometen seguir atendiendo, aunque sin los equipos necesarios para el registro.
Ariel Mendieta, médico y encargado de la USF, reveló que el local no cuenta con servicio de vigilancia. Este servicio está ubicado en un espacio público, que es la plaza principal del populoso barrio Remansito de Ciudad del Este. La plaza se llena de motociclistas y jóvenes todos los fines de semana.
DAÑOS. Entre los objetos robados se hallan tres computadoras de mesas con CPU, que estaban conectadas al sistema de Salud Pública, una base de datos de las cámaras de circuito cerrado (DVR), que fue arrancado de su lugar; un desfibrilador, un lavarropas de 13 kg, un horno microondas y una mixtera, además de un TV Smart de 42 pulgadas, entre otros objetos.
Los delincuentes arrancaron una reja para abrir una ventana ubicada en la parte posterior del local, por donde ingresaron. Antes de eso cortaron el alambre del cercado perimetral en el mismo sentido.
Los funcionarios presumen que la gavilla habría estudiado detalladamente el local, antes de ingresar, ya que en una ocasión anterior ya habían encontrado las cámaras de filmación, que están ubicadas en la parte frontal y dentro del local, torcidas hacia arriba. Esta vez llevaron el DVR para asegurarse de que no queden las imágenes grabadas, atendiendo a la denuncia.
Los autores utilizaban zapatos, cuyas huellas quedaron impregnadas en las sillas que utilizaron para bajar los objetos a ser hurtados de las paredes.
TAREA DE TODOS. “Nosotros tratamos de explicar a los miembros de la comunidad que esto es de ellos y les habíamos pedido que nos ayuden a cuidar esto, que es un local de servicio”, lamentó el médico.
Esto porque en una ocasión anterior ya se había hurtado el motor de un acondicionador de aire, del tipo split, colgado en la pared trasera del local, así como las tapas de metal del registro pluvial del edificio.
Los ladrones tuvieron que utilizar un vehículo para alzar todos los objetos y huir del sitio.