Por Édgar Medina
CURUGUATY
El intendente colorado de Ypejhú, Vilmar Acosta Marqués, alias Neneco, de 39 años, aseguró a su abogado Vicente Alderete Gray que “el que nada debe, nada teme”, pero luego desapareció. Neneco se borró cuando comenzaron a aparecer indicios que lo involucran como supuesto autor moral del asesinato del periodista Pablo Medina y su asistente Antonia Almada, ocurrido el jueves pasado, a la tarde, en un camino vecinal de Villa Ygatimí, cuando regresaban de una cobertura.
El intendente de Ypejhú y su familia, no es la primera vez que se ven involucrados en hechos de esta naturaleza; en una propiedad del padre, Vidal Acosta González, ex intendente, en febrero de 2011 desenterraron huesos humanos y cabellos. Un empleado de la casa había declarado en la Fiscalía que habían enterrado a una persona asesinada por parientes del intendente.
El hermano, Wilson Acosta Marqués, ahora imputado y prófugo por el homicidio de Medina, tiene orden de captura en Brasil por un homicidio ocurrido en la localidad de Paranhos. Mataron de once tiros, frente a su casa, a Marcelo Fernandes dos sicarios en motocicleta; el de atrás era Wilson Acosta, había confesado el compañero que fue aprehendido.
Víctor Acosta Marqués (32) y Elio Acosta Marqués (34), eran hermanos menores del intendente prófugo; fueron acribillados en un camino del barrio San Isidro de Ypejhú. Vilmar se había salvado del atentado. Aquella vez habían acusado a la familia Giménez de haber ordenado la muerte de los hermanos.
El doble homicidio había ocurrido luego de la incautación, días antes, de 5 mil kilos de marihuana de la propiedad de Eustaquio Giménez, padre de Marcial e Ismael, a quienes sindicaron como autores morales del crimen.
Los hermanos habían “pagado” por la denuncia del cargamento de marihuana finalmente incautado, según datos fiscales.
Seguidores en Ypejhú de los Acosta Marqués le prendieron fuego, en represalia, a una lujosa vivienda de la familia Giménez. Los Acosta Marqués acusaron a los hermanos Dionisio (57) y Tomás Gallardo (33) y a los hermanos Mauro (52) y Néstor Martínez (35), todos presuntos sicarios de los Giménez Suárez.
Pero este incidente entre las familias tiene antecedente en otro triple homicidio ocurrido en el 27 de diciembre de 2009, cuando fue muerto Silvio Ramón Giménez Suárez, (30), Carmelo Ayala (41) y el brasileño Marcos José Pereira (31), este último, hijo del supuesto “patrón” de los Giménez Suárez en São Paulo.
Uno de los sindicados de ser autores de ese ataque fue Wilson Acosta Marqués.
La familia Acosta Marqués también mantuvo rivalidad con el ex intendente Julián Núñez, asesinado en agosto pasado, a quien Vidal Acosta y su hijo Vilmar, presos en ese momento en el penal de Coronel Oviedo por el caso de los huesos hallados en la casa del padre, habían acusado de amenazarlos de muerte.
El 1 de agosto pasado, Núñez fue ultimado a balazos cuando salía de la Universidad por dos personas que se movilizaban en motocicleta.
El caldo de esta guerra de familias y demostraciones de fuerza es el mundo del cultivo y tráfico de marihuana que ha tomado esta región del país. En el furgón estacionado en la propiedad del intendente Vilmar Acosta, los intervinientes hallaron restos de marihuana. Pablo Medina, uno de los que denunciaba en sus reportes el narcotráfico, también fue acribillado y se los involucra a los Acosta.