01 feb. 2025

Claves para entender la Segunda Guerra Mundial, a 75 años de su fin

La Segunda Guerra Mundial acabó 75 años atrás y dejó entre 35 y 60 millones de muertos. Aquí se ofrecen algunas claves para entender la batalla que agitó por seis años el tablero internacional.

Esta semana se cumplieron 75 años del fin de la Segunda Guerra Mundial, uno de los conflictos más importantes en la historia de la humanidad, tanto por el número de muertos –entre 35 y 60 millones, según la Enciclopedia Británica–, como por la ferocidad del conflicto, en el que se buscó, mediante el uso de armas de destrucción masiva, el exterminio del enemigo, sea étnico, ideológico o racial.

Este material expone claves de los seis años de guerra (1939-1945) que atravesó el mundo, como las consecuencias de la Primera Guerra Mundial, el retroceso del Reino Unido y Francia ante Alemania, la invasión a Polonia y el inicio de la guerra, la entrada de Rusia y luego de EEUU al conflicto, la bomba atómica y finalmente la Guerra Fría.

CAUSAS. El Tratado de Paz de Versalles (1919), firmado tras finalizar la Primera Guerra Mundial (1914-1918), impuso un reajuste territorial a los derrotados (los imperios centrales y el turco), lo que desarrolló movimientos nacionalistas. Además, las pérdidas económicas impuestas a Alemania empeoraron la crisis de 1929 debilitando la democracia y promoviendo la llegada de partidos como el nazi y el comunista.

También influyó en la técnica militar, ya que la guerra de trincheras, con sus miles de muertos en batallas de escaso provecho estratégico, demostró su inutilidad y propició una guerra con nuevos medios de transporte, tanques y aviación.

RETIRADA. Hitler subió como canciller en 1933 tras elecciones democráticas. Pronto transformaría al país en una dictadura. No pasó ni un mes desde que llegara al poder cuando se incendió el Reichstag (Parlamento alemán) del que los nazis culparon a los comunistas para que Hitler tuviera poderes especiales.

En 1934, el Führer (líder) se autonombró jefe de Estado, dio por concluido el Tratado de Versalles e intentó reunificar todos los territorios étnica y lingüísticamente alemanes.

Francia e Inglaterra, democracias inmersas en una inestabilidad política y económica por la crisis de 1929, prefirieron ceder y dejar que Hitler rehiciese el mapa de Europa Central.

En la conferencia de Munich de 1938, entre Italia, Alemania, Francia y Gran Bretaña, se aprobó la ocupación de los Sudetes (cordilleras de Europa central) por parte de los alemanes como una forma de reparar el Tratado de Versalles. Sin embargo, Hitler fue más allá, y en 1939 ocupó Checoslovaquia.

INICIO DE LA GUERRA. Con la invasión de Polonia por parte de Alemania en 1939, se inició la Segunda Guerra Mundial. Polonia firmó con Francia y Gran Bretaña un acuerdo de mutua defensa en 1939, a lo que siguió la firma entre Alemania y Rusia del pacto germano-soviético de no agresión en 1939. Mientras los alemanes atacaron a los polacos por el oeste, Rusia lo hizo por el este y recuperó la parte del imperio zarista perdida en 1918, aparte de Estonia, Letonia y Lituania y Besarabia, que pertenecía a Rumania.

ENTRADA RUSA. Con la Operación Barbarroja (1941) empezó la invasión de Rusia por parte de Alemania y sus aliados (Italia, Hungría, Eslovaquia, Rumania y Finlandia).

El plan alemán preveía una guerra corta y la capitulación rusa para no verse envueltos en una guerra en tres frentes (el occidental y el del norte de África contra Gran Bretaña y el oriental). Las fuerzas alemanas llegaron a las puertas de Moscú en 1941, donde fueron detenidas. Mal equipadas y con problemas logísticos, se retiraron.

La siguiente gran batalla, la de Stalingrado (1942-1943), con más de dos millones de muertos fue la más sangrienta de la historia, acabó con la derrota alemana y desde ese entonces, la estrategia de Hitler fue defensiva.

La Unión Soviética fue el país que más víctimas civiles y militares tuvo en la Segunda Guerra Mundial (Moscú cifra en unos 20 millones), frente a los entre cinco y seis millones de los alemanes, según la Enciclopedia Británica. La contribución soviética a la derrota alemana fue clave, pues el frente del este significó una guerra de desgaste que Alemania no pudo sostener.

EEUU. La intervención de EEUU en la Primera Guerra Mundial no tuvo el resultado esperado, por lo cual, junto con la crisis económica de 1929 propició el aislamiento en su política exterior. Por años, EEUU vio la Segunda Guerra Mundial como un conflicto europeo.

El entonces presidente Franklin D. Roosevelt, convencido de que era inevitable entrar a la guerra, tuvo que esperar al ataque japonés contra la base hawaiana de Pearl Harbor en 1941, para estar en la lucha.

La política expansionista de Japón en Asia y la búsqueda de un espacio vital, propiciada por la ideología militarista de su régimen y la necesidad de contar con materias primas, chocaba con intereses de EEUU y Gran Bretaña.

LA BOMBA ATÓMICA. Las primeras armas nucleares las desarrolló EEUU y las usó contra las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki en 1945, causando 140.000 muertos en la primera y 100.000 en la segunda. La tragedia dejó un grave y duradero impacto radiactivo en los japoneses y un enorme trauma moral para el mundo. Tras la negativa inicial de Japón a rendirse, EEUU optó por la opción nuclear, muy debatida hasta hoy. Así, el mundo entró en la era atómica y un conflicto nuclear está latente hasta hoy.


La Guerra Fría
Con el fin de la Segunda Guerra Mundial, el orbe quedó dividido en dos bloques antagónicos con sus respectivas zonas de influencia: El Occidental, capitalista, liderado por EEUU, y el Oriental, comunista, dirigido por la Unión Soviética. Este conflicto tomó el nombre de Guerra Fría, ya que no hubo lucha armada directa entre las dos superpotencias, sino que fue político, económico y cultural. En tanto, el mundo estuvo a un paso de un nuevo conflicto tras los incidentes de Berlín (1961), que propiciaron la construcción del muro y la llamada crisis de los misiles en Cuba (1962). La Guerra Fría acabó con el final de los regímenes comunistas en Europa Oriental, en 1981, y la caída de la Unión Soviética en 1991. En el ínterin, las dos grandes potencias jugaron en el mundo. Rusia propició movimientos comunistas en Occidente y EEUU inspiró golpes de estado en Latinoamérica. EFE