El bienestar nutricional se consigue a través de una correcta nutrición y relación con la comida. Y es que si no consumimos los nutrientes que necesita nuestro organismo, este no funcionará correctamente y se verá afectados nuestro rendimiento y nuestra salud física y mental. Una alimentación saludable no solo se trata de contar calorías o seguir dietas restrictivas, sino de adoptar hábitos alimenticios que nos proporcionan los nutrientes necesarios para funcionar correctamente. Esto incluye consumir una variedad de alimentos frescos y naturales, ricos en vitaminas, minerales, proteínas y grasas saludables.
COMBINACIÓN. La relación entre la nutrición y el bienestar mental también es significativa. Ya que el cerebro humano tiene una exigencia energética alta y constante, por lo que un buen estado nutricional es fundamental y clave para la salud mental. Estudios han demostrado que una alimentación balanceada puede mejorar el estado de ánimo, reducir el riesgo de depresión y ansiedad, y promover la claridad mental y la concentración.
Así también, muchos estudios encuentran correlación entre dietas altas en azúcares refinados y alimentos procesados con la función de nuestro cerebro, empeorando los síntomas de enfermedades mentales.
Una buena alimentación está estrechamente ligada a la prevención de enfermedades crónicas, como la diabetes, enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. Al alimentarnos de manera consciente, podemos fortalecer nuestro sistema inmunológico y mejorar nuestra calidad de vida a largo plazo.
Sin embargo, podemos fortalecer nuestras defensas con una buena alimentación, incorporando a nuestra dieta cítricos (kiwi, naranja, etc.), también verduras, como el ajo, la cebolla, repollo, porque contienen antioxidantes, carnes magras, legumbres, lácteos, huevos enteros. No olvidarse de una buena hidratación diaria.
Debemos entender que las enfermedades relacionadas con la alimentación, como el sobrepeso, la obesidad, y la diabetes, están aumentando considerablemente. En nuestro país, el sobrepeso y la obesidad afectan a 69,3% de la población adulta, 6 de cada 10 adultos tienen exceso de peso y 34,6% de niños y adolescentes.
Por ello, debemos entender que el bienestar no se trata solo de la alimentación, sino también implica mantener un equilibrio entre el trabajo, el descanso y la actividad física. El ejercicio regular es un complemento clave para una dieta saludable, ya que ayuda a mantener un peso adecuado, y no ganarlo de nuevo.
Hacer actividad física regularmente puede ayudar a mantenernos fuertes no solo físicamente, sino también las habilidades para pensar, aprender y tener un buen juicio. Entre otros beneficios de la actividad física se encuentran la reducción de los riesgos para la salud de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y síndrome metabólico, algunos cánceres, la depresión y ansiedad.
En resumen, la nutrición y el bienestar están intrínsecamente relacionados. Al adoptar hábitos alimenticios saludables y mantener un estilo de vida activo, podemos promover un bienestar integral que nos permita vivir plenamente y disfrutar de una vida saludable y feliz.
CLAVES PARA MEJORAR HÁBITOS
• Establecer horarios para las comidas y tomarse el tiempo para comer y disfrutar de la comida.
• Planificar con tiempo las comidas para asegurarse de que sean saludables y balanceadas.
• Evitar frituras, reducir el consumo de ultraprocesados y el consumo de sal.
(*) Especialista en Nutrición.