24 nov. 2024

clientelismo

El director de Itaipú, Justo Zacarías, sigue privilegiando a sus aliados políticos y familiares, repartiendo cargos y salarios millonarios. Es inaceptable que este político con una mano desvincule funcionarios contratados tras un intenso proceso selectivo externo y con la otra mantenga nombramientos de claro tinte clientelista. Itaipú es del pueblo paraguayo, por eso es lamentable que se mantenga secuestrada por grupos políticos que reparten nombramientos y recursos a sus correligionarios, familia y amigos de forma vergonzosa.
La ausencia de carrera del servicio civil ya dejó de ser solo un problema de gestión pública que afecta a la calidad de los servicios, hoy se plantea también un problema ético a partir de la pandemia. Las recientes bonificaciones recibidas por funcionarios del Ministerio de Hacienda constituyen una bofetada a la ciudadanía, que sigue sufriendo las consecuencias de la pandemia y cuyos ingresos reales vienen a la baja desde mucho antes de la llegada del Covid-19. Deben suspenderse todos los beneficios adicionales al salario hasta tanto se implemente una carrera del servicio civil que garantice el acceso, la permanencia y la promoción en el sector público basados en el mérito y los resultados de la gestión.
Lo que pasó la noche del domingo en San Bernardino debe llevarnos a un profundo análisis como sociedad.
Arrancamos un año eminentemente electoral y los caudillos políticos cuentan con una vasta clientela empotrada en el Estado para sus campañas. Ostentan como botín los cargos, que ofrecen en todos los niveles en la medida que el proceso electoral avanza y toma fuerza. Tienen el mal hábito de manejar arbitrariamente puestos o contratos en las diversas instituciones públicas para asegurar punteros. Se debe romper esta mala costumbre de solventar campañas a costa del erario. Las elecciones internas partidarias serán en diciembre, pero el cronograma electoral se inicia este mes. Los candidatos en carrera ya comenzaron a calentar los motores.