EFE
El ahora llamado “Cerro Chapecoense”, en donde se estrelló el avión, se ha convertido en un lugar de peregrinaje para grupos de personas que se acercan a observar los restos de la aeronave que aún permanecen en el lugar bajo vigilancia policial.
Mientras continúe abierta la investigación que determine las causas concretas que ocasionaron el accidente, aún no se pueden mover las piezas del avión desplegadas por todo el cerro que pertenece al municipio de la Unión, en el departamento de Antioquia (noroeste), según lo manifestó a periodistas el alcalde de esa localidad, Hugo Botero.
El informe preliminar dado a conocer por la Aeronáutica Civil el pasado lunes señaló que el agotamiento del combustible fue la causa del accidente, por lo que se descartó la posibilidad de una falla técnica.
Según el secretario de Seguridad Aérea de Aerocivil, Fredy Bonilla, las grabaciones de la cabina de mando del avión boliviano muestran que el piloto y el copiloto conversaron sobre la posibilidad de hacer una escala en la amazónica Leticia (Colombia) o en Bogotá “porque se encontraban en el límite de combustible”, pero finalmente no lo hicieron.
“Ellos estaban conscientes de que el combustible que tenían no era el adecuado ni era suficiente”, afirmó el funcionario.
Al accidente sobrevivieron seis personas: los jugadores del Chepecoense Alan Ruschel, Helio Zampier Neto y Jackson Follman, el periodista Rafael Henzel, el técnico boliviano, Erwin Tumiri y la auxiliar de vuelo Ximena Suárez.
El equipo brasileño viajaba a Medellín para disputar con Atlético Nacional el partido de ida de la final de la Copa Sudamericana de fútbol, de la que fue proclamado campeón.