21 feb. 2025

Combatir la epidemia de abuso sexual y muertes de niñas

En el país se han reportado en los últimos meses varios casos de abuso sexual en niñas. La preocupante situación ya es vista como una epidemia que, además, afecta a los sectores más desprotegidos y olvidados, como son las niñas y adolescentes que viven en comunidades indígenas y rurales. Urge ante esta situación una acción más concreta, comprometida y decisiva por parte de las instituciones del Estado encargadas de garantizar la protección y el cuidado de niños y niñas. Es inadmisible el silencio ante tanta brutalidad.

Recientemente en los departamentos de Alto Paraná, Caaguazú, San Pedro, y otros, hubo casos de abuso sexual que involucraron, en la mayoría, a niñas; en dos de estos casos se trata de niñas que pertenecen a parcialidades indígenas.

En San Pedro, una niña de cuatro años de edad, con rastros de abuso sexual, falleció en el hospital; la pequeña era de la comunidad Avá Guaraní. En Ciudad del Este, una niña de 12 años acompañó a su hermana a su trabajo y, en un descuido de la hermana, un hombre abusó de la pequeña. Posteriormente, la niña se negó a volver a acompañar a la hermana a su lugar de trabajo y, ante la insistencia, reveló que fue abusada. Hace unos días el hombre fue capturado por agentes de Interpol. En el Departamento de Canindeyú, fue imputado por feminicidio un hombre que había asesinado a una niña de 13 años. La víctima también era de una parcialidad indígena.

Hace no mucho se dio a conocer una investigación realizada por Telefuturo que expuso a la luz pública otro terrible suceso que involucraba al microtráfico y la explotación sexual de indígenas menores en situación de calle.

La investigación dejó al descubierto el sistema de captación de indígenas adolescentes por parte de los traficantes de drogas para la comercialización de dosis de crac en la zona. Y es precisamente la situación de abandono la que expone a los nativos niños y adolescentes.

La Fiscalía registró en el primer semestre del año más de 2.866 hechos punibles contra niños, niñas y adolescentes, de los cuales 2.031 son denuncias por abuso sexual infantil y 835 por maltrato bajo tutela. Los casos más denunciados son abuso sexual infantil, maltrato y pornografía infantil, y en menor proporción se registran casos como de estupro, trata de personas, proxenetismo, actos sexuales contra menores y otros.

Tal como se presenta la realidad actual, Paraguay no es un lugar seguro para los niños. La niñez y en especial quienes viven en situación de pobreza se encuentran totalmente desprotegidos.

En todo país, al menos 460.000 niños, niñas y adolescentes permanecen fuera del sistema educativo; y de cada 100 niños paraguayos, 37 se hallan en situación de pobreza y pobreza extrema. Más de la mitad de los niños de la primera infancia, de 0 a 6 años, están en situación de pobreza; en el Paraguay, 12 niños por día son víctimas de abuso sexual, y el 85% de esos casos se dan en el ámbito familiar.

Estos datos deberían interpelar a nuestras autoridades, pues resulta inadmisible que haya niños pasando hambre, sufriendo desnutrición o viviendo en la pesadilla de no saber qué hacer y a quién acudir cuando son objeto de abusos y humillaciones. El Estado dispone de instituciones y de recursos que deberían ser dispuestos para proteger la vida de los niños, para darles seguridad, salud y educación.

Sin embargo, esta problemática, así como las estrategias para resolverla, está ausente de los discursos de los políticos, pues, como bien sabemos, los niños no votan, por lo tanto, no están representados. Solamente durante sus campañas electorales recorren barrios populares y comparten en sus redes sociales fotografías con niños, pero después se olvidan de ellos.

Al mismo tiempo que se debe reclamar un trabajo más eficiente de parte de las autoridades, se debe valorar el involucramiento y el compromiso de la comunidad para el cuidado de los niños. Según los datos, el 70% de las denuncias recibidas de enero a mayo de este año fueron hechas por vecinos y por agentes comunitarios. Esa es la clave, que la sociedad se involucre en la defensa y el cuidado la niñez, de la protección de sus derechos, de su integridad física y su dignidad.