El nuevo incremento del precio de los combustibles en nuestro país, que se anunció el viernes pasado, será un factor relevante para la inflación en los próximos meses del año y volverá a ser un duro golpe para los bolsillos de la ciudadanía, sobre todo en segmentos de bajos ingresos.
Estas son algunas de las principales conclusiones realizadas por analistas consultados por Última Hora sobre el impacto de la suba de carburantes, y el efecto que podría tener el incremento en indicadores como la inflación y el salario mínimo, el cual debe reajustarse a un monto de G. 2,5 millones desde el mes que viene.
Al respecto, el economista Jorge Garicoche explicó que la variación positiva de los precios de los combustibles efectivamente tiene un impacto a considerar sobre la canasta y que la situación deriva en una mayor pérdida del poder adquisitivo de las personas, algo ya se viene acentuando en los últimos meses. “La perspectiva es que siga la inflación y el principal componente sigue siendo la suba de combustibles”, indicó.
Al evaluar la persistente subida de los precios y el salario mínimo, apuntó que el sueldo base se ajusta justamente para que los trabajadores que perciben este monto recuperen su poder de compra, pero que el choque de los carburantes volverá a influir sobre ellos. “Ahora se intenta ajustar el salario mínimo por la pérdida de poder adquisitivo que tuvo, pero de seguir la inflación la pérdida de poder adquisitivo se hará presente rápidamente”, dijo.
Asimismo, Garicoche consideró que el aumento del salario piso en sí no tendrá mayor efecto en términos de números macro, pero hizo hincapié en que, con el próximo ajuste de esta referencia, el salario promedio (estimado en G. 2,3 millones) quedará por debajo del salario mínimo y que esto es una gran presión, por ejemplo, para las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes). “La situación demuestra la necesidad de aumentar la productividad y reducir la informalidad”, manifestó.
Al respecto, el experto aseguró que Paraguay debe encarar acciones en pos de encaminar el financiamiento a sectores específicos (en especial en un contexto de suba de las tasas de intereses), la conexión a cadenas de valor y mercados (internos y externos), la agilidad en trámites administrativos, colaboración público privada, entre otros puntos, de modo a volver a las empresas más productivas y, por esta vía, lograr que los ingresos de los empleados sean mejores.
fracaso. Por su parte, el economista Andrés Filártiga indicó que, a su parecer, el Gobierno falló en no tener políticas anticíclicas que permitan enfrentar la suba de los combustibles y que, al no tener herramientas para hacer frente a la mencionada situación, se optó por elevar el salario mínimo, lo cual volverá a presionar al remarcaje al alza de precios internos.
Adicionalmente, señaló que se debe tener en cuenta que la inflación real en muchas familias es mayor a la cifra de 11,4% que reporta el Banco Central del Paraguay (BCP) y que, ante esto, la expansión en el monto del salario base es insuficiente. “El ajuste no ayuda a compensar la pérdida del poder adquisitivo, dado que la inflación en alimentos y combustible fue mayor al 11%, en alimentos fue aproximadamente de 25% y en combustibles de 50%”, refirió.
“El impacto del ajuste de salario mínimo es mas emocional que real, da la sensación de alivio porque algunos trabajadores que ingresan salario mínimo van a tener G. 260.000 más en sus bolsillos, y se pueden ingeniar para optimizar su presupuesto, pero por el lado de la inflación, las empresas deben subir precios para cuidar sus márgenes, y la mayoría aunque el impacto sea menor al 11%, deciden remarcar sus precios igual o por encima de este porcentaje. Por tanto lo que se espera es que todos los precios de consumo de las familias tengan un aumento en precios, luego del ajuste del salario mínimo”, agregó.
extensión. A su vez, el economista Aníbal Insfrán detalló que el impacto que tiene una subida del combustible en los demás precios se prolonga por un periodo de al menos dos meses, para luego ya ser incorporado plenamente a la canasta. “Normalmente, esto tiene un efecto por dos a tres periodos, por dos a tres meses, en el que se va ajustando todo ese proceso, y después el impacto ya se diluye, esa es la manera en que el aumento de una vez influye en lo que es la inflación”, comentó.
Igualmente, Insfrán sostuvo que la experiencia reciente demuestra que inflación es realmente el “impuesto” más regresivo que existe y que dada la composición de la canasta de las personas o familias de menores ingresos, el efecto es mucho peor. “La inflación fue de 11,8% a abril y los alimentos subieron 20%, y algunos productos más del 50% (...); la inflación para los de menores ingresos es mayor que para los de mayores ingresos”, señaló.
No obstante, aseveró que las autoridades locales tienen poco que hacer para enfrentar el escenario. “Todo lo que se pueda controlar desde el punto de vista monetario debe ser controlado, pero en lo que es exógeno, pues nos acomodamos como se pueda”, dijo.
La perspectiva es que siga la inflación y el principal componente sigue siendo la suba de combustibles. Jorge Garicoche, economista.
La inflación para las personas de menores ingresos es mayor que para las personas que tienen mayores ingresos. Aníbal Insfrán, economista.
La inflación en alimentos y combustible fue mayor al 11%, en alimentos fue de 25% y en combustibles 50%. Andrés Filártiga, economista.
11,4% es la variación que experimentará el sueldo mínimo desde julio, con base en la última recomendación del Conasam.
2.550.307 guaraníes será la referencia del salario mínimo, con un incremento de aproximadamente G. 260.000 en el monto.
355.000 asalariados en el país perciben el equivalente a un salario mínimo, según datos oficiales correspondientes a 2021.
Paraguay sufrió la variación más alta, según BCP
Conforme a los datos del Banco Central del Paraguay (BCP), en nuestro país se produjo el incremento más pronunciado de precios de los combustibles en el último año, con base en los datos a abril (ver la infografía en página central). En Paraguay, los precios de los carburantes se incrementaron en un promedio de 56,5% entre el cuarto mes de 2021 y el abril de 2022, mientras que, en el mismo lapso, los precios en Argentina subieron 44,7%. A su vez, en Estados Unidos, la variación fue de 44%, seguido de Alemania, donde los costos crecieron más de 38%. En términos de variación mensual, también se evidencia que Paraguay registra el incremento más elevado. Solo en abril de 2022 la suba fue de 11,9%, mientras que en países como Argentina, Ecuador y Uruguay los incrementos fueron mucho más moderados, de en torno a 5%, según exhiben las estadísticas oficiales.
Parte de gasolineras privadas prevén subas desde mañana
Víctor Yambay, integrante de la Asociación de Propietarios y Operarios de Estaciones de Servicios y Afines (Apesa), anunció que la mayor parte de las estaciones de servicio que operan en el país estarían ajustando los precios de los combustibles desde mañana lunes, luego de darse a conocer el anuncio de suba de costos que realizará Petróleos Paraguayos (Petropar) para sus diferentes productos.
“Está previsto para el lunes la suba (de precios de los carburantes). Los valores (del ajuste) son más o menos, en los dos tipos de gasoil que se manejan en algunos emblemas, de un promedio de G. 660, y en las naftas, alrededor de G. 750 por litro”, señaló en comunicación con la Redacción.
Miguel Bazán, de la Cámara de Distribuidoras Paraguayas de Combustible (Cadipac), había anunciado el viernes a la noche que algunos emblemas privados reajustarían sus precios desde ayer.
estatal. Tras días de incertidumbre en torno a la variación en el precio de los combustibles, Petropar comunicó el viernes el reajuste de sus precios al público, entre G. 350 y G. 750 por litro desde mañana. El nuevo golpe al bolsillo se patentiza de la siguiente manera: G. 9.990 costará el litro de la nafta Aratirí; G. 9.060 la nafta Oikoite; G. 8.300 la nafta Kape; mientras que el diésel Mbarete pasará a costar al público G. 9.990 y el diésel Porã (común) G. 8.800.