La subdirectora general para mejorar la salud de las poblaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Naoko Yamamoto, afirmó en un acto en Roma que no se trata de un asunto propio de países ricos o pobres, sino “de todo el mundo”.
Instó a incrementar la cooperación a todos los niveles y concienciar sobre los riesgos que supone consumir alimentos de mala calidad.
Cada año, una de cada diez personas en el mundo -cerca de 600 millones en total- enferman y 420.000 mueren por comer productos contaminados por bacterias, virus, parásitos o químicos, según datos de la OMS, que advierte de que los menores de 5 años padecen el 40% de las enfermedades transmitidas por los alimentos, con 125.000 fallecimientos anuales.
Se estima que el efecto de los alimentos nocivos cuesta a las economías de ingresos bajos y medios unos USD 95.000 millones (casi 84.000 millones de euros) en pérdidas anuales de productividad.
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“Todos queremos vivir seguros, pero no existe el riesgo cero”, recordó el experto de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) Markus Lipp, quien explicó que no siempre se cuenta con toda la información para tomar decisiones, por lo que los conocimientos científicos pueden “ayudar a adaptarse” a los riesgos que se presentan.
Anunció que pronto habrá nuevas evaluaciones sobre el riesgo que suponen ciertas sustancias contaminantes en el procesamiento y empaquetado de los alimentos y sobre la resistencia a los antibióticos transmitidos a través de ellos.
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En el acto, promovido por la OMS y la FAO, participó también el viceministro costarricense de Economía, Carlos Mora, cuyo país inició el proceso para que se declarara el Día mundial de la inocuidad de los alimentos, adoptado por la Asamblea General de Naciones Unidas a finales de 2018.
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Mora instó a garantizar el acceso de toda la población a alimentos inocuos, lo que Costa Rica está realizando “mediante programas sociales” como una red de cuidado de las personas mayores, apoyo a los escolares y una cesta básica para los más pobres.