De cara a la campaña sojera 2021-2022, los productores aseguran la compra de semillas en esta temporada. Ante una merma como consecuencia de la sequía, algunos apuestan a la importación.
La comercialización de los simientes no para desde mayo. Un importante grupo de sojeros accede a la modalidad “pago a cosecha”, mediante la cual acceden a la provisión de estos insumos con el compromiso de pagar por ellos luego de la campaña de cosecha del próximo año, según explicó la gerente del Instituto Nacional de Biotecnología Agrícola (Inbio), Estela Ojeda.
Sobre la disponibilidad de las semillas, explicó que siempre se satisface las necesidades del productor a pesar de las mermas experimentadas, lo que puede empujar a los agricultores a optar en parte por la importación. En el caso de Inbio, la pérdida ronda el 40% en las variedades de Sojapar.
Sobre este producto, Ojeda detalló que la R19 y R24 son las más demandadas; sin embargo, también se está introduciendo la R49, mientras que la R34, que tuvo muy buen comportamiento, especialmente en algunas zonas de Itapúa, también está teniendo salida.
Si bien se están cerrando los negocios de semillas, las entregas se realizarán entre agosto y setiembre, ya cerca del próximo periodo de la siembra.
Ilegalidad. La gerente de Inbio reconoció que a pesar de que un grupo de productores se prepara y tiene la infraestructura para reservar sus granos de manera legal, hay otra parte que cae en la comercialización ilegal, con semillas no certificadas.
Para contrarrestar el mencionado flagelo, Inbio implementó un sistema por el cual sus clientes declaran esa reserva de granos.
La ilegalidad se produce cuando los agricultores multiplican las semillas y en vez de venderlas como granos, lo hacen como simientes.