El Gobierno de Alberto Fernández busca retener la mayoría legislativa en las elecciones de este domingo, un objetivo que se antoja improbable, según las últimas encuestas difundidas antes de la veda para la publicación de sondeos.
Unos 34,3 millones de argentinos están convocados a acudir este domingo a las urnas en unos comicios en los que se renovarán 127 de los 257 escaños de la Cámara de Diputados y 24 de las 72 bancas del Senado de Argentina.
El oficialismo perdió en las primarias de setiembre pasado en la mayoría de las provincias argentinas y, de confirmarse esta tendencia en las legislativas del domingo, no mantendría el control del Congreso.
El gobernante Frente de Todos, que obtuvo un tercio de los votos totales, frente a algo más del 40% de los votos que consiguió Juntos por el Cambio, el principal frente opositor, apuesta a que un aumento de la participación en estos comicios le ayude a tener un mejor resultado.
Voto castigo
El resultado de las primarias desató un abierto enfrentamiento entre el ala cercana al presidente y la que responde a la vicepresidenta Cristina Fernández, quien gobernó Argentina entre 2007 y 2015.
Fernández llega a estas elecciones con un bajo nivel de aprobación a su gestión, un 26,6%, inferior al 30,8% que tenía cuando se celebraron las primarias en setiembre, según el último estudio de la consultora Managementn & Fit.
Argentina arrastra una crisis económica desde hace varios años que se ha visto agravada por la pandemia del coronavirus, que causó 116.222 muertos.
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A un altísimo índice de inflación -52,1% interanual en octubre pasado-, suma una elevada tasa de pobreza (40,6%), problemas de empleo y complejas negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para refinanciar deudas por USD 45.500 millones.
En este escenario, el descontento de los argentinos con el gobierno de Alberto Fernández fue en aumento en los últimos meses.
La lectura de los resultados de las primarias de Mariel Fornoni, directora de la consultora Management & Fit, es que “la gente votó en contra del Gobierno, no que ganó la oposición”, según dijo a Efe.
En su opinión, el enojo que tienen hoy los argentinos es, entre otros motivos, debido a la gestión económica del Gobierno, ya que “no hay plan económico, no se sabe quién toma las decisiones”, y además “hay mucho conflicto dentro de la misma coalición”.
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También la imagen de Fernández se vio afectada en los últimos meses por el escándalo de la difusión de fotos de la fiesta de cumpleaños de la primera dama, Fabiola Yañez, en la residencia presidencial en julio de 2020, cuando regía una prohibición de hacer reuniones sociales decretada por el propio presidente.
Para el analista Jorge Daniel Giacobbe, director de la consultora Giacobbe & Asociados, estas elecciones no se mueven por razones ideológicas o político partidarias sino “por un acto catártico de liberación de angustia”.
En declaraciones a Efe, Giacobbe señaló que este gobierno, que significó esperanza para el 48 % de la gente que lo votó hace dos años, “seis meses después ya se había descompuesto y no soluciona los problemas y tampoco genera esperanza para el futuro”.
Futuro de la coalición oficialista
La incógnita ahora es qué pasará en la coalición oficialista si sufre un resultado adverso y las dificultades que tendrá Alberto Fernández para completar su mandato, que concluye en 2023.
La crisis que se desencadenó en el seno de la coalición oficialista por la contundente derrota en las primaria se intentó superar con una remodelación ministerial impuesta por la vicepresidenta Cristina Fernández.
Si en los comicios de este domingo el revés fuera muy fuerte, hay que ver si hay “un arréglate como puedas, un desembarco más fuerte de Cristina en el Gobierno o tratan de buscar auxilio en los gobernadores”, según Fornoni.
Giacobbe consideró que estas elecciones definen más el futuro de los políticos que de la sociedad, que el mes que viene va a seguir “sufriendo la misma inflación, la misma inseguridad, la misma pobreza, y el mismo desempleo”.