La adquisición de la lectura y la escritura es resultado de procesos que se aprenden de forma dinámica y constructiva; y requieren tener adquiridas ciertas habilidades y destrezas cognitivas.
La licenciada en sicopedagogía Rocío Miño menciona los desafíos que implica llevar a cabo el aprendizaje de la lectoescritura tras dos años de aislamiento.
Un gran desafío
Uno de los principales retos que enfrentan los docentes y padres en la actualidad es cómo enseñar a leer y escribir a los alumnos en la modalidad a distancia.
“Si en condiciones normales a veces resulta complicado encontrar estrategias, ahora lo es aún más”, comenta la máster en neurosicopedagogía.
Enseñar y aprender a leer y escribir a distancia, supone la oportunidad de ver con nuevos ojos las posibilidades que ofrecen las herramientas que tenemos a nuestro alcance, y ajustarlas a las necesidades y características del contexto.
“Por supuesto que esta situación no es la ideal, especialmente pensando que la lectura, la escritura, la comprensión y la producción de textos, son habilidades lingüísticas culturales que requieren de acompañamiento, de enseñanza y de ejercitación”, añade.
Para la especialista, la diferencia más importante entre la educación presencial y virtual reside en el potencial educativo del docente, y la optimización del uso de los medios o recursos empleados.
“El sistema educativo debe buscar una forma creativa que sea adecuada a su contexto, para crear un vínculo más afectivo entre el docente y sus alumnos, de tal manera de poder transmitir el mensaje mira, no estás viniendo a clases pero tus profesores estamos aquí”, dice la especialista.
“Enviar únicamente tareas por WhatsApp de los contenidos correspondientes del currículo del grado académico, no es ni será, bajo ningún concepto, un aprendizaje significativo”, prosigue la profesional.
Hay que tener en cuenta que el niño aprende por medio del juego, consolida aprendizajes desde la motivación, la novedad, entre otros elementos. “Para llevar a cabo dicho proceso requiere de encadenar los aprendizajes previos (repitiéndolos con novedad), a fin de que los mismos pasen a la memoria a largo plazo y puedan ser recuperados en el momento preciso”, dice Miño.
Acompañamiento familiar
“El papel de la familia será fundamental en el apoyo al docente para propiciar un entorno favorable del llamado Aprendizaje Significativo en el inicio de la lecto-escritura”.
Miño remarca que el acercarse a la lecto-escritura desde el hogar es un gran desafío originado durante el aislamiento por pandemia.
“Al enseñar a leer y escribir a distancia, de manera virtual, es recomendable mantener comunicación permanente entre los padres o tutores y el docente, a fin de recibir orientaciones sobre el apoyo que pueden brindar, ya que el contexto actual requiere más que nunca trabajar de manera conjunta”, explica.
Como adultos, la primera misión es que los niños se sientan contenidos, tranquilos y en ese marco tratar de hacer algunas actividades que puedan apoyar su aprendizaje.
“Por otra parte, hay que entender que los papás no son profesores. Todos nosotros no tenemos las mismas habilidades, entonces los profesores deben tener cierta flexibilidad para entender las distintas realidades de las familias”, sostiene Miño.
Otros consejos a tener en cuenta:
- Aceptar que el aprendizaje de la lectura y la escritura es un proceso gradual, en el que cada niño avanza a su propio ritmo, por lo que es importante ser pacientes.
- Una manera puntual en la que pueden apoyar en el hogar es asumiendo el papel de modelos lectores y escritores, es decir leyendo y escribiendo frente a los niños.
- Hay que tratar de hacerlo lo más lúdico posible, que se aparte de la cotidianeidad, algunos niños son estructurados entonces les va a gustar tener un horario, pero a otros no.
- Presentar al niño la lectura en forma de juegos. Para ello se pueden programar una serie de actividades alrededor del libro, y de su historia, para que vean su parte lúdica, como disfrazarse o hacer un dibujo al finalizar la lectura.
- Crear un espacio de lectura específico en la casa, esto ayudará a los pequeños a ver la normalidad de la lectura en sus vidas y pasará a formar parte de ellas.
¿Cuándo están preparados?
Los niños pueden estar preparados para comenzar a leer y a escribir a partir de los 5 o 6 años, pero esta edad no es delimitante, sino aproximada, ya que es necesaria cierta madurez y no todos los niños se desarrollan por igual. El proceso de desarrollo de la lecto-escritura tiene sus etapas, (teniendo en cuenta aprendizajes previos), cualquier falla en afianzar estas etapas podrá repercutir en el correcto desarrollo lecto escritor.
La lectura y la escritura van de la mano. Mientras que el niño aprende una, simultáneamente está aprendiendo la otra. “Los garabatos y los dibujos son sus primeros esbozos de escritura”.