Un efusivo y particular saludo protagonizaron este martes el presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva y el mandatario argentino Alberto Fernández en la cumbre internacional del Celac. Una inusual pasada de brazos y apretón de manos se viralizó en las redes sociales.
En ese marco, los presidentes acudieron a la VII Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) se comprometieron este martes, en Buenos Aires, Argentina, con la integración regional en medio de las múltiples crisis que atraviesa esta parte del mundo, y celebraron el retorno de Brasil al foro.
El encuentro de este mecanismo integrado por 33 países y que preside actualmente Argentina, tiene como protagonista estelar al mandatario brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, que volvió a la arena internacional luego de ganar las elecciones de octubre en su país, con un discurso en el que recuerda permanentemente los logros diplomáticos de sus primeras dos presidencias (2003-2010).
“Brasil está de vuelva en la región y listo para trabajar lado a lado con todos ustedes”, aseguró Lula este martes.
“Brasil vuelve a mirar su futuro con la certeza de que estaremos asociados a nuestros vecinos bilateralmente, en el Mercosur, la Unasur y la CELAC”, abundó Lula, que impulsa el retorno de Brasil a los foros internacionales.
En 2020 Bolsonaro, duro crítico de la izquierda, suspendió la participación de Brasil en la Celac alegando que “daba protagonismo a regímenes no democráticos como los de Venezuela, Cuba y Nicaragua”.
Lula aprovechó el evento para “agradecer a todos” por el apoyo a la institucionalidad brasileña luego de la asonada de partidarios radicalizados del expresidente Bolsonaro, que invadieron las sedes de los tres poderes del Estado el 8 de enero en Brasilia.
“Somos una región pacífica, que repudia el extremismo, el terrorismo y la violencia política”, sostuvo Lula, quien abogó por reforzar el “multilateralismo”.
Más duro, el anfitrión Alberto Fernández acusó, en el discurso de apertura del foro, a una “derecha recalcitrante y fascista” de amenazar la democracia en la región, y se refirió en particular a los episodios de Brasilia y al intento de asesinato de la vicepresidenta argentina, Cristina Kirchner, el año pasado, cuyas motivaciones aún se desconocen.
La VII Cumbre de la Celac reúne a 14 jefes de Estado de los 33 que países que componen el foro, con algunas ausencias notorias, como el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien se excusó este martes por tener “bastante” trabajo en su país.
Otros desertaron a último momento, como Nicolás Maduro. El gobernante venezolano, que fue denunciado ante la Justicia argentina por particulares y organizaciones civiles por violación de los derechos humanos, en un intento de que fuera indagado si llegaba al país, anunció el lunes que no tocaría suelo argentino.
Maduro, que en un mensaje grabado enviado al foro criticó lo que calificó de “sanciones criminales” contra Venezuela y en especial contra su industria petrolera, tenía una cita el lunes con Lula, quien mantuvo en cambio en agenda el encuentro con el cubano Miguel Díaz-Canel este martes.
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Lula remarcó las “múltiples crisis” que vive el mundo, desde la pandemia al cambio climático, las tensiones geopolíticas y la inseguridad alimentaria, o las amenazas a la democracia.
De hecho, la cumbre de la Celac tiene lugar en un contexto de múltiples crisis internas en los países latinoamericanos, e incluso de tensiones entre vecinos y socios.
Perú atraviesa una profunda crisis institucional, con una sucesión de presidentes en pocos años, la mayoría destituidos, el último de ellos el maestro rural Pedro Castillo, expulsado por el Congreso luego de varios intentos, el día que anunció que disolvería el Legislativo, gobernaría por decreto e intervendría la Justicia.
El intento de autogolpe no contó con el apoyo de las fuerzas de seguridad y Castillo fue detenido y cumple ahora prisión preventiva. Pero las protestas en las calles de Perú no cesan en contra del gobierno de su sucesora constitucional, Dina Boluarte, con saldo de 46 muertos hasta ahora y sin visos de solución.
En Nicaragua, decenas de opositores al régimen de Daniel Ortega -ausente de la Celac- siguen presos, y hace 15 días la Corte Interamericana de Derechos Humanos solicitó “medidas urgentes” para la liberación de algunos, entre ellos exaspirantes a la Presidencia en las elecciones de 2021 que fueron encarcelados.
Argentina atraviesa una crisis inflacionaria en un año electoral, y el gobierno de Fernández multiplica medidas para tratar de contener la subida de precios mientras busca cumplir las metas fiscales acordadas con el FMI, al cual Buenos Aires debe 44.000 millones de dólares.
Chile iniciará nuevamente el proceso para tratar de dotarse de una nueva Constitución tras el fracaso de su convención constituyente, y en Colombia, el gobierno acordó discutir a partir de febrero un cese al fuego bilateral con la última guerrilla del país, el ELN.
El chileno Gabriel Boric y el colombiano Gustavo Petro -quien en rueda de prensa consideró a la Celac como “el verdadero espacio de integración” de la región- participan de la cumbre.
El Mercosur, en tanto, vive una profunda crisis en medio de la decisión de Montevideo de negociar un TLC bilateral con China y solicitar el ingreso al Acuerdo Transpacífico sin la anuencia de los demás socios del bloque, una decisión duramente cuestionada por Brasil, Argentina y Paraguay.
El presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, propuso a la Celac crear una zona de libre comercio en América Latina y el Caribe.