8 de diciembre, Día de la Virgen de los Milagros de Caacupé, conocida como la madre y patrona de los paraguayos y por qué no, de algunos extranjeros de países vecinos.
Cada año, miles de devotos de la fiesta mariana peregrinan hasta Caacupé para agradecerle todos los favores y milagros concedidos a lo largo del año. Muchos de los peregrinos van caminando desde la ciudad de Ypacaraí, otros, desde Kurusu Peregrino.
Algunos llegan a pie; otros de rodillas, pagando una promesa; otros en auto, bicicleta, en carreta o a caballo. Cualquier forma de llegar es aceptable con tal de cumplir con la Virgencita Azul de Caacupé.
Pero la gran pregunta es: ¿Cuándo comenzó esta tradición mariana? El historiador Fabián Chamorro, en comunicación con Chaco Boreal 1330 AM, indicó que esta tradición se inició en el siglo XVIII, pero adquirió mayor rigor popular después de la Guerra del Chaco.
“La Virgen de Caacupé es la Virgen de la Concepción. Lo que hizo cada territorio español en su momento es darle una identidad a esa Virgen, así como en México lo es la Virgen de Guadalupe o en Argentina la Virgen del Luján. En cada país latinoamericano actual van a encontrar una devoción a la Virgen de la Concepción, a su identidad local”, manifestó el historiador.
Indicó que en Paraguay, el 8 de diciembre de 1934, los combatientes ganaron la batalla de Yrendague, una de las más importantes victorias de aquel entonces, donde cientos de soldados bolivianos perecieron por falta de agua.
En aquel lugar, uno de los pozos de agua más relevantes de Yrendague fue bautizado como el manantial de la Virgen de Caacupé y aquella victoria fue dedicada a la Virgencita, ya que los soldados eran muy devotos de ella.
¿Y la historia del indio José y la Virgen? La historia de aquel indio José que le pidió a la Virgen que lo escondiera de sus enemigos prometiendo hacerle una imagen de madera fue escrita y creada por el sacerdote Fidel Maíz, sobreviviente de la Guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay.
“Él vio en la Virgen de Caacupé el potencial para unir al pueblo paraguayo luego de una guerra devastadora, es así como nace la devoción a la Virgen de Caacupé, posterior a la Guerra contra la Triple Alianza”, manifestó.
Resaltó que el padre Maíz fue recabando historias durante la guerra y fue así como nació la historia que todos conocemos.
Luego, gracias a los diarios, las radios que fueron creadas durante la guerra y luego de la Guerra contra la Triple Alianza y, posteriormente, la Guerra del Chaco, donde fue potenciada a nivel país la imagen de la milagrosa Virgen de Caacupé.
Recordó que la Virgen tallada es real y que probablemente era una Virgen colorada, es decir, con prendas rojas, pero que antes de que naciera la Virgen de Caacupé se creó la capilla de Caacupé, luego nació el pueblo alrededor de aquella capillita y así se formó la Capital de la Fe, que hoy conocemos con una Virgen de manto azul y rizos dorados.
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Por otro lado, durante la contienda del Chaco, los soldados eran fieles devotos a la Virgen María Auxiliadora, quien fue coronada como la patrona de los ejércitos.
A los soldados de la unidad del comandante de Granada, Eugenio Alejandrino Garay, a los que iban al frente se les entregaba una medallita con la imagen de dicha Virgen. En total, durante la Guerra del Chaco fueron distribuidas 70.000 medallitas.
“Cada unidad buscaba un santo que lo proteja y es justamente esta unidad grande, la sexta división paraguaya cuando los soldados ganaron la batalla, el pozo donde tomaron el agua fue bautizado como Caacupé”, manifestó.
Para saber más
El nombre Caacupé proviene de la palabra guaraní ka’a kupe, que significa “detrás de la yerba” o “detrás del bosque de yerba”. El término ka’aguý significa “monte” (en su acepción como “bosque”), y ka’a es “yerba mate”.
Fue puesto ese nombre a la patrona de los paraguayos, ya que donde comienza Caacupé termina la cordillera, es decir, detrás del bosque.
El coronel Gaudioso Núñez, el mariscal José Félix Estigarribia y el presidente Eusebio Ayala, todos provenientes de Cordillera, fueron los principales propulsores del fervor a la Virgen de Caacupé que posteriormente fue llevada esa fe al campo de batalla.
Hasta el año 1992, el 99,9% de la población paraguaya era católica, posteriormente a la Constitución de aquel año, el porcentaje bajó, pero sigue siendo gran mayoría la fe católica.