Gran parte de la población le teme a los quirópteros, más conocidos como murciélagos. Algunos tratan de matarlos cada vez que invaden un territorio o se esconden en el jardín, pero no saben cómo ponerle un fin a la incómoda situación.
La doctora Ramona Dávalos, directora del Programa Sanitario de Senacsa, sostuvo en contacto con la 1080 AM, que lo primordial es identificar qué tipo de murciélago se encuentra “de visita”.
Reveló que existen varios tipos. Entre los más conocidos están los insectívoros (que se alimentan de insectos), frugívoros (de frutas) y hematófagos (de sangre). El último es conocido como el vampiro, comúnmente.
“Los insectívoros consumen toneladas de insectos y, gracias a eso, no estamos invadidos, mientras que los frugívoros consumen las frutas y al defecar ayudan a la reforestación”, explicó la experta.
Aclaró que el problema sí se da con los hematófagos, pero que estos normalmente no se ubican en zonas urbanas, sino rurales, especialmente en los campos ganaderos donde pueden atacar para alimentarse. Este es el tipo que transmite la rabia.
“Lo principal es identificar de qué tipo es. Como solo un experto puede hacerlo, es necesario llamar a Senacsa y pedir ayuda. Los expertos van y dan una mano de manera gratuita”, comentó.
Dávalos detalló que los insectívoros y los frugívoros son los que pueden rondar por las viviendas en zonas urbanas. Les gusta instalarse en casas abandonadas, aunque en las habitadas también lo hacen, remarcó Ramona.
“Se refugian normalmente en los techos por las mañanas y de tardecita salen para alimentarse. No hay que matarlos porque se pueden quedar en el techo y el olor es muy fuerte”, contó.
ENTONCES, ¿CUÁL ES LA SOLUCIÓN?
Para la doctora, la solución es ver por dónde salen los murciélagos al entrar el sol y evitar que vuelvan a ingresar. No se debe cerrar con nada, sino evitar que entren al hogar que formaron.
Consideró oportuno aclarar que no se debe usar sustancias químicas porque tal acción solo logra que salgan un rato, pero no evita que regresen.