Hay solo dos grupos de personas que no tienen huellas digitales: las que a través de un proceso médico se las borran con la intención de no ser reconocidos y las que sufrieron quemaduras de forma accidental que eliminaron las líneas de sus dedos.
“Las huellas dactilares son las líneas capilares que aparecen en las yemas de los dedos. En cada dedo hay pequeñas líneas y eso es natural y propio en cada persona”, explicó el jefe de Investigación de Delitos de la Policía Nacional, comisario Gilberto Fleitas.
Aclaró que borrar esa naturalidad del cuerpo tiene el único fin de alterar la identidad. En esto también coincidió la fiscal del caso, Sandra Quiñónez, en contacto con ULTIMAHORA.COM.
El comisario explicó que las líneas capilares son las que identifican a una persona de otra con un cien por ciento de seguridad, pero que también hay otras como las muestras de ADN de la sangre, el pelo y la saliva, además de las pruebas dentales, por lo que la identidad de Pérez Corradi puede confirmarse no solo a través de sus dedos.

Sólo en el quirófano
Ese procedimiento debe ser realizado por un médico cirujano, puede ser esteticista o plástico, pero si no se borran las huellas bajo control médico sería un proceso bastante doloroso.
“Son procedimientos ilegales por ende cuestan mucho dinero. Básicamente es quemar las yemas de los dedos con ácidos o raspar la piel hasta borrarlas por completo”, explicó el médico forense Pablo Lemir.
Pagó mucho dinero
La ministra de Seguridad de la Nación Argentina, Patricia Bullrich, confirmó que el ahora detenido pagó la suma de 50.000 dólares a un médico para realizarse el raspaje de los dedos.
“Pérez Corradi fue sorprendido en un departamento en la ciudad de Foz de Iguazú. Se había borrado todos los dedos de las manos. Pagó 50 mil dólares para que le hagan el raspaje de todas las huellas digitales”, detalló la ministra, según publicó el portal ARG Noticias este domingo.