Ávila reconoció, sin embargo, que un primer paso se está dando con la oferta de 100 MW medios de la ANDE en el ACL del MEB. “La negociación de ANDE es un paso importante para la transición energética, para la comercialización. En tres o cuatro años todo el sector tendrá que pensar en la transición”, advirtió, añadiendo que se necesita un memorándum de entendimiento de comercialización de energía eléctrica entre los países para que exista importación (entre Brasil y el país exportador).
Ávila relató que en 1995 el Brasil hizo una reforma del sector por la necesidad de nuevas inversiones. “Había una deuda millonaria, faltaban recursos. Era necesario que Brasil tome la decisión para incentivar las nuevas inversiones, y se incluyó la apertura del mercado libre. Se crearon varias instituciones para ello”, contó.
Reconoció que es muy difícil seguir los planes eléctricos en un país, pero hay que hacerlos, aunque la realidad termine imponiendo las acciones. Sobre el valor de la energía en Brasil, indicó que cuando hay más energía disponible el precio cae, y con menos energía el precio sube. En el caso de la energía eléctrica con base hidráulica, la crisis hidrológica es un factor preponderante y los contratos suelen ser breves.
Oportunidad. Contó que en 2030 sobrará apenas 9.164 MW de generación en Brasil, insuficiente para satisfacer la creciente demanda. “Todos los días la preocupación son los fenómenos climáticos, nuevas obras, todo influye en el precio”, dijo, señalando, sin embargo, que esto genera una oportunidad para las nuevas inversiones.

Los técnicos presentes en la exposición pidieron replicar la actividad, para seguir comprendiendo el MEB. En este sentido, el ex ministro de Hacienda César Barreto, quien estuvo en el evento, se mostró cauto sobre las expectativas de la venta de energía en Brasil. “La palabra improvisación es la que tenemos que evitar en este caso, porque (la energía eléctrica) es un recurso demasiado importante para el país (...). Hay que hacer acuerdos con el Brasil, específicamente en términos de comercialización o importación/exportación de energía, es algo que aparentemente no lo tenemos todavía”, expresó, calificando al mercado brasilero como “bien complejo”, con riesgos importantes, “y si nos equivocamos en el primer paso, nos va a costar muy caro”.
100 MW medios es lo que ofrece la ANDE para el mercado brasileño, con un contrato de seis años y espera el mejor precio.