Ese compuesto desencadena problemas de fertilidad al ocasionar numerosas fracturas en el ADN durante la producción de óvulos e interfiriendo en el sistema de reparación de esas rupturas.
El DEHP afecta los cromosomas, en parte, “alterando la cromatina, según lo indica la longitud incrementada de una estructura en los cromosomas durante la producción de óvulos y esperma”, señaló la autora del estudio, Mónica Colaiácovo, de la Escuela de Medicina de Harvard (EEUU).
Cada año se producen unos 4 millones de toneladas de DEHP en la fabricación de plásticos para productos como envases, herramientas, cosméticos, insecticidas, la aspirina y juguetes.
Otros estudios habían demostrado anteriormente que la exposición al compuesto causa una variedad de problemas de fertilidad, tanto en hombres como en mujeres, pero hasta ahora no se había determinado la forma en que el DEHP tiene efectos dañinos.
Varias agencias federales y estatales en Estados Unidos respondieron a esos estudios previos con leyes que limitan la presencia del DEHP y otros ftalatos en los juguetes, los envases de alimentos, el agua potable y otros artículos, aunque todavía se puede hallar en productos de uso diario como instrumentos médicos a prendas impermeables y champús.
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El estudio, dirigido por Colaiácovo y realizado con gusanos Caenorhabditis elegans, encontró que la exposición al DEHP aumenta los niveles de ruptura en la cadena doble del ácido desoxirribonucleico (ADN) e interfiere en la capacidad de reparar esas fracturas de manera adecuada.
En los humanos, esa anormalidad causa más del 35% de los abortos espontáneos y el 4% de partos de feto muerto, así como infertilidad y condiciones como el síndrome de Down.
Los gusanos fueron expuestos y metabolizaron niveles bajos de DEHP comparables a los niveles detectados en las muestras de orina de la población humana, en general; un descubrimiento que preocupa a los investigadores, ya que revela el impacto de cantidades pequeñas del compuesto.
Colaiácovo aclaró que no todos los gusanos resultaron afectados y que no todos lo fueron de la misma manera.
“No todos metabolizan el DEHP de la misma forma”, explicó la experta, que agregó que “la forma y duración de la exposición, la edad y la dieta de una persona... son solo algunos de los factores que pueden resultar en que algunas se vean más afectadas que otras a la exposición a un químico dado, incluso en nivel bajo”.
Las conclusiones aportan información nueva sobre cómo niveles relevantes de DEHP en el ambiente interfieren en el proceso de la producción de óvulos y esperma en los animales, añade el artículo.
Esto se suma a la abundante cantidad de investigaciones sobre el DEHP y los problemas reproductivos, y enfatiza la necesidad de reducir su uso como compuesto común en la fabricación de plásticos, así como de hallar sustitutos alternativos y más seguros que minimicen el riesgo en la exposición de los humanos.