Mediante una carta abierta, la Red de Mujeres Periodistas y Comunicadoras del Paraguay expresó su acompañamiento y solidaridad a Claudia Aguilera, viuda del fiscal Marcelo Pecci, asesinado en Colombia. Sus colegas esperan que sus palabras puedan abrazar y dar fuerza a la comunicadora al cumplirse un mes del fatídico atentado.
Primeramente, las periodistas cuestionaron la manera “vergonzosa” en que las autoridades trataron el asesinato de Pecci, además de repudiar la falta de protección a la esposa, siendo testigo clave del crimen.
“En vez de darte protección como testigo, las autoridades de la Cancillería Paraguaya dieron -conferencias de prensa mediante- detalles que te exponían aún más, como el vuelo en el que venías, el tamaño y las características físicas de los agentes colombianos que te acompañaban”, lamentaron.
Las mujeres aseguran que en medio del terrible suceso buscaron respetar su dolor y, del mismo modo, aprovecharon a través de la carta para volver a pedir a los compañeros y compañeras de los medios, pero principalmente a las autoridades de Paraguay y Colombia, "¡Humanidad!”, en el tratamiento del caso.
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Afirmaron que ante los ultimas declaraciones de las autoridades colombianas que exponen a la esposa, por sus publicaciones en redes sociales días antes del crimen, no se quedarán calladas y levantarán su voz en respaldo de la familia del fiscal.
“Ahora que las autoridades de Colombia, en lugar de asumir que no les protegieron, así como a miles de colombianos y colombianas que sobreviven en la inseguridad, te pusieron nuevamente en foco, queriendo responsabilizarte, otra vez, queremos decirte que ¡estamos contigo!”, reclamaron.
"¡Que no tenés la culpa de amar! ¡Que todo lo que publicaste lo hiciste con el consentimiento de Marcelo! ¡Que el fruto de ese amor que llevas dentro, te necesita más fuerte que nunca y esperamos que nuestras palabras sumen a esa fortaleza que requerís! ¡Que la alegría del recuerdo de ese amor transformará la tristeza en la fuerza que se necesita en este país para luchar contra la mafia!”, expresaron.
Asimismo, se comprometieron a seguir buscando el esclarecimiento de los hechos y pidiendo la mayor protección para Claudia y su hijo. Al respecto, escribieron algunas de interrogantes que aún deben contestarse en el caso.
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"¿Qué mecanismos de seguridad activaron para Claudia Aguilera, testigo de un crimen de la mafia, para protegerla? ¿Qué acciones tomó la fiscala Sandra Quiñonez -además llorar y rezar- ante las mafias que con este atentado muestran el alcance de su poder? ¿Por qué se contradicen las autoridades de Paraguay y Colombia: En Colombia dicen que ya habrían intentado matar a Pecci en Paraguay y en Paraguay nadie sabe de los supuestos atentados”, exigieron saber.
También preguntaron ¿Cuándo las autoridades de Paraguay y de Colombia dejarán de revictimizar a Claudia Aguilera, y tomarán acciones que realmente encaminen a la captura de las personas que ordenaron el crimen? ¿Qué medidas de reparación propone el Estado paraguayo para que Claudia Aguilera y su hijo puedan hacer frente ante tamaño daño?
“Hoy, que se cumple un mes sin un fiscal que investigaba al crimen organizado, pero sobre todo, que se cumple un mes sin un hombre que estaba construyendo una vida en conjunto con la persona que amaba, llamamos a todas las personas que creen y trabajan por la paz, en Paraguay, en Colombia y en cualquier parte del mundo, a abrazar el dolor de Claudia, exigiendo a las autoridades de ambos países verdad, justicia y reparación”, sostienen.
Tras un mes del suceso, se pudo llegar hasta los presuntos autores materiales, entre ellos el supuesto sicario que disparó tres balazos con una pistola 9 milímetros, acabando con la vida del representante del Ministerio Público.
Para los investigadores, el sicario es Wender Stik Scoot Carrillo, que ya está detenido, junto a Eiverson Zabaleta Arrieta, Marisol Londoño, Cristian Camilo Monsalve Londoño (madre e hijo) y Francisco Luis Correa Galeano, ex militar y supuesto líder de la banda. Sin embargo, siguen sin averiguar quién dio la orden de asesinar al fiscal.