Andrea Lafarja completó su tercer Dakar con el talento y la determinación que la representan. Hoy, con más experiencia y kilómetros de preparación, el equipo dejó al país en alto y en la mira del mundo.
“Mi familia fue mi motor, hablaba con ellos todos los días cada vez que conseguíamos señal. Ellos estaban más ilusionados que yo con el desafío Dakar, porque saben de mi sacrificio y las ganas que tengo de hacer bien las cosas”, contó Andrea Lafarja.
Mencionó cómo su equipo de Puma Energy también le brindó el aliento día a día, para ir superando cada etapa de esta aventura. Ellos estuvieron pendientes del auto, de cómo se sentía anímicamente y le brindaron el apoyo moral que necesitó para mantener la motivación.
Lafarja agregó: “Me decían que el puesto no era lo más importante, porque mi mente solo estaba enfocada en llegar al top 20 de mi categoría. Pero, gracias a Dios, pudimos lograr una posición en el top 15, algo impensado para nosotros”.
Preparada para vencer
Luego de triunfar en su tercer Dakar, la piloto ya no cuenta los números, sino que vive cada carrera como una experiencia individual de aprendizaje. Cada Dakar que corrió fue distinto y con el equipo, la afrontó con mucho valor y audacia.
Andrea indicó que la experiencia en Arabia Saudita fue increíble. La carrera fue más dura y desafiante que en años anteriores. Los obstáculos diarios se presentaron a la orden del día, lo que movió al equipo a trabajar en prepararse de forma óptima mentalmente para mantener los ánimos arriba, no aminorar la marcha y enfocarse en la meta.
Ser mujer piloto en deporte extremo
Andrea afirmó que desde pequeña soñó con representar a Paraguay en automovilismo. Acotó que en años anteriores, las mujeres no tenían cabida en el deporte automotor y que apenas tuvo la oportunidad de manejar un auto de carreras, se propuso la meta de llegar alto para representar a todas las mujeres del país.
“Es un reto practicar un deporte que era reconocido solo para varones; no es nada fácil, porque algunos no te reconocen y no te dan el lugar que te corresponde como piloto”, dijo. “Dentro de un auto de carrera somos todos iguales y está demostrado que somos tan competitivas como cualquier otro piloto”, agregó.
Andrea tiene el anhelo de inspirar a las niñas y mujeres de Paraguay. Que ellas puedan sentir que nada es imposible; que con mucho esfuerzo y dedicación, las jóvenes pueden practicar este deporte o fijar el objetivo en cualquier actividad que se propongan. “Este deporte no es exclusivo de nadie”, alegó.
Reconoció que en otros países existe mucho apoyo para las mujeres pilotos. El mundo nota la competitividad de las pilotos femeninas y se llevan la atención de todo el público, la prensa y las marcas. La figura femenina es muy importante. En Paraguay, Andrea Lafarja cuenta con el apoyo incondicional de Puma Energy.
De Paraguay a las dunas
La primera experiencia de la corredora fue en Perú. La piloto llegó a un lugar sin saber a lo que se enfrentaba, con incertidumbre de lo que se venía. En el camino, cometió desaciertos y como equipo, sintieron la dificultad del momento.
La segunda vez, fue en Arabia Saudita. Andrea, con más de experiencia en este punto, ya formaba parte del Puma Energy Rally Team. De igual forma, contó que tuvieron problemas con el vehículo y otros obstáculos que superar.
La tercera vez, volvió a Arabia Saudita, pero con ánimos de revancha, con más experiencia, un mejor equipo y con más práctica en las dunas.
“Aprendí mucho de estas carreras. No es solo un desafío de velocidad, sino también físico y mental. Uno aprende a controlarse y a vivir la experiencia de otra manera. Aprendés a soportar los problemas y superarlos; también a manejar la frustración y resolver los obstáculos rápidamente”, expresó Lafarja.
La corredora lleva con orgullo la bandera paraguaya; cuando le preguntan de dónde viene, ella responde con fervor y orgullo: “de Paraguay”.